Fuimos invitados junto con otros gastrobloggers y medios de comunicación, a probar un menú degustación en el Ristorante Italiano Limone, situado en la Plaza de La Cruz (bajo la Torre de la Catedral de Murcia).
Nos recibió Rocío García Martínez, comunity manager del restaurante, quien muy amablemente nos guió a través del restaurante contándonos el origen de todo lo que allí se encuentra (toda la decoración tiene su historia).
Compartimos mesa con Raúl de contigoenlaplaya.com (y su acompañante), con el que siempre es un placer coincidir en este tipo de eventos, y de poner cara al 50% de foodieviajeros.com (José y Teresa), un blog de gastronomía y viajes muy recomendable, a los que agradecemos que nos hayan pasado los apuntes del menú.
El local cuenta con una terraza, barra, un salón y un reservado. Rebosa una sensación de calidez, lo que acompañado con el trato del equipo de sala, hará que te sientas en un lugar muy acogedor.
La jefa de sala nos ofreció un cóctel de bienvenida llamado Aperol Spritz, una bebida a base de Aperol (como su nombre indica), que es un licor a base de hiervas de color rojizo y un sabor amargo (muy parecido a las bebidas como el Bitter Kas). Un buen combinado para abrir boca.
De la mano del Jefe de Cocina, Luis Criado, empezó el desfile de platos de cocina, tipicamente italiana. Cabe destacar, que al entrar a este lugar y coger la carta te encuentras con una selección de platos que poco tiene que ver con otros restaurantes italianos a los que estamos acostumbrados, valga como ejemplo: nada de pizzas y las pastas son solo una parte del menú.
Como ejemplo de los platos que podemos encontrarnos, hablaremos sobre los que nos ofrecieron en el menú degustación.
Empezamos con unos entrantes que se componían de: un surtido de quesos italianos, mortadela siciliana, olivas sicilianas, jamón de Daniel reserva y membrillo. Como curiosidad diremos que las olivas sicilianas, por su color, podemos pensar que son como nuestras olivas amargas, en cambio saben como las aceitunas sevillanas.
Seguimos con "Vitello Tonnato", es un plato típico de Italia, que se sirve frío, ideal para servir como entrante o como primero. Consiste en un redondo de ternera (vitello) cocinada a baja temperatura, acompañada de una tradicional salsa a base de caldo de carne, huevo cocido, alcaparras, anchoas y atún (tonnato).
Sin duda un muy buen comienzo de la velada, ya que la carne estaba perfecta y la salsa totalmente equilibrada en sabor.
A continuación, "Caponata Siciliana" (típico, como su nombre indica de Sicilia), que nos recuerda al "pisto", pero con aceitunas negras. Como protagonista de este plato encontramos a la berenjena, pero que acompañada de tomates, piñones, alcaparras, aceitunas negras y tomates cherry, hacen un plato muy ligero y muy sabroso.
Y de Sicilia viajamos a Napoles, para comernos sus típicos "Mejillones a la napolitana", de este plato solo vamos a decir, que todos los sentados a la mesa no eramos muy fanáticos de los mejillones, pero os aseguro que no quedó ni un solo mejillón en la cazuela, y el pan voló para acabar la deliciosa salsa que iba con ellos, ligeramente picante ... y hasta aquí puedo leer.
En cuarto lugar, llega el "Canelón de pollo de corral trufado con bechamel", solo el olor te hacía querer hincarle el diente.
Continuamos con otro plato de pasta, hecha en el propio restaurante, en esta ocasión, unos "Raviolis rellenos de cordero con salsa de mantequilla y Salvia", hecha en el propio restaurante, con una perfecta cocción.
Y para finalizar, como no, un "Risotto Funghi", para los amantes del risotto (como nosotros), os aconsejo que vayáis a probarlo, seguro que os sorprenderá gratamente, cocción perfecta del arroz, y un tremendo sabor a setas, que te trasladan al norte de Italia. 100% recomendado.
Y llega el momento del dulce, en donde pudimos degustar tres postres diferentes, en primer lugar, "Tarta de queso al horno con calabaza", textura muy suave y cremosa.
De segundo, "Panna cotta con mermelada de higo", un postre típico de la Región italiana Piamonte, que es un postre a base de nata y leche, como bien indica su nombre Panna cotta (nata cocida), y que no parece nada del otro mundo, pero que bien hecha, puede resultar un postre muy agradable, y este sin duda, estaba delicioso.
Y para acabar con los postres, el mítico "Tiramisú", casi no me dan tiempo a hacer la foto.
En resumen un lugar muy recomendable para saborear la gastronomía italiana, menos estereotipada.