Para hacerlo necesitarás:
-Té para remojar (el que tú prefieras, yo usé té blanco)
-Frutas deshidratadas (las que más te gusten, yo usé kiwi y piña) las puedes comprar en las tostadurías o bien hacerla tú con una máquina deshidratadora, o con técnicas solares.
-Frascos de vidrio
En primer lugar, debes trozar la fruta deshidratada, en tamaños pequeños, como se muestra en la imagen.
Luego, en un bowl, añadir el té con la fruta a elección, si quieres puedes poner más de un sabor, yo en este caso yo separé los sabores. Revolver para que los trozos de fruta queden separados entre sí.
Añadir el té con la fruta en un frasco y almacenar por aproximadamente 2 semanas, como mínimo para que el sabor se impregne, pero mientras más tiempo esté, mejor. Es importante señalar que la fruta deshidratada se vuelve mucho más dulce que en su estado natural, para que lo consideres al momento de decidir la cantidad que usarás. También es conveniente que guardes el frasco en un lugar fresco y seco.
Y listo! En mi caso, cuando tomo el té, no le añado azúcar porque con la fruta me es suficiente.
Te animas a hacerlo? Es muy fácil!
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