Esta torta cuya traducción seria "olas del Danubio", por las ondas que produce la fruta al interno de la torta, es un cake especial, sea por su sabor que por su impacto visual, constituida de tres extractos, y rellena de cerezas, es casi siempre preparada en un molde rectangular, cosa que yo omití por no tener un molde desmontable de esa forma, pero como siempre digo (en la variedad esta el placer), digamos que es una donauwelle revisitada a mi manera, ademas de que en la versión original la superficie de la torta viene cubierta con una glassa al chocolate a la cual se le realizan pequeñas ondas con un tenedor, en fin los cambios son mínimos pero el sabor igualmente rico.
INGREDIENTES:
500g de cerezas
250g de mantequilla
180g de azùcar
1 cucharadita de vainilla
6 huevos
400g de harina
3 cucharaditas de polvo de hornear
4 cucharadas de leche
2 cucharadas de cacao en polvo
2 cucharadas de leche
CREMA:
1 confección de budín de vainilla
500ml de leche
glassa de chocolate c/n (decoración)
Trabajar la mantequilla con el azúcar hasta formar una crema, agregar los huevos uno a la vez, y mezclar.
Unir la vainilla, la harina y la levadura cernidas para evitar que se creen grumos en el compuesto, adicionar poco a poco las 4 cucharadas de leche, debe venir una crema elástica pero no muy liquida.
Verter mitad de la preparaciòn en un recipiente de horno, a la otra mitad agregamos el cacao y las dos cucharadas de leche, distribuimos la mezcla de cacao sobre el que habíamos incorporado anteriormente.
Mezclamos ligeramente las dos composiciones con un tenedor.
Anexamos las cerezas, horneamos 180° por 30 minutos.
Preparamos el budín de vainilla mezclándolo con la leche y siguiendo las instrucciones del empaque.
Una vez frío derramamos sobre la torta, una vez se haya compactado, decoramos con chocolate derretido la superficie.
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