Hoy hace un mes que nos dejó, y sé que desde donde esté nos está cuidando y seguro que lee esta entrada desde allí, pues aprendió a leer poco antes de marcharse a sus 93 años.
Desde pequeña la he visto siempre trajinando en la cocina, ella decía que no le gustaba cocinar pero se le daba de maravilla.
Recuerdo cuando era pequeña (y no tan pequeña) y para fiestas se pasaba días cocinando para todos, recuerdo a mi primo y a mi robándole patatas fritas (nadie las hace igual) y ella haciendo ver que no se enteraba.
Recuerdo ir con ella a comprar al mercado y disfrutar viendo como le arreglaban la carne y el pescado, en todos los puestos saludaban a la Señora Juana con cariño, por eso hoy quiero enseñaros esta receta de ella.
Ingredientes:
6 Huevos
7 c/s de Pan rallado
1 c/c de Sal
2 Ajos tiernos gorditos o 5 de los finos
1 Cebolla fresca
Cilantro fresco
Aceite de girasol para freir
Cortamos en daditos muy pequeños la cebolla y los ajos tiernos.
Picamos muy bien las hojas de cilantro.
Batimos los huevos, sazonamos y añadimos la cebolla, los ajos tiernos y el cilantro.
Mezclamos y dejamos reposar mínimo quince minutos.
Ponemos el aceite al fuego y cuando esté caliente vamos cogiendo porciones pequeñas con una cuchara y vamos friendo.
Para que la masa no se quede pegada a la cuchara, lo ideal es mojarla antes en aceite.
Veréis que según se vayan haciendo se van dando la vuelta solos, aunque hay algún perezoso siempre en la sartén al que hay que ayudarle un poco.
Dejamos escurrir el exceso de aceite en papel absorbente y servimos.
Son súper esponjosos y sabrosos.
Gracias yaya por todo lo que me has enseñado