Cómo elegir el mejor marisco congelado

marisco congelado


Llega el momento de aprovisionarse de mariscos para los próximos eventos

En las fechas más especiales las personas nos reunimos alrededor de una mesa en la que el marisco siempre está presente. Y es que el marisco ocupa un lugar de honor en nuestros menús. Y lo mejor es ser previsor y hacerse con marisco congelado, sobre todo cuando nos enfrentamos a las fiestas de Navidad en las que el marisco está súper solicitado y los precios suben ya desde un mes antes de que empiecen las fiestas navideñas.

Ahora la cuestión es qué marisco congelado comprar porque es sumamente importante para nuestra salud que sea marisco congelado de calidad. Y es que en este sector, la calidad de los congelados es esencial para que los productos no causen estragos en nuestra salud.

Hay diferencias de calidad entre las distintas marcas, razón principal por la que aunque el precio es un referente a tener en cuenta, no puede ser nuestro único criterio. Lo que sí se puede tener en cuenta es el tamaño de los mariscos. El precio va en función de la marca pero sobre todo siempre del tamaño. Entre las diferentes opciones que podemos encontrar en la sección de congelados hay diversidad tanto en frescura del producto como en aditivos, sabor, sulfitos, etiquetado e incluso defectos visibles. Un referente aquí es Manumar, una empresa valenciana que es ejemplo en la correcta gestión y distribución de los productos precocinados y congelados.

Cuándo hay riesgos

Un problema para la salud que comparten la mayoría de las marcas es el de un exceso de sal en el producto durante el proceso, por lo que hay que saber bien elegir la marca que compramos.  Alguna marca popular en supermercados destaca por un elevado contenido de sulfito, algo que es negativo para la salud. Otras marcas blancas sencillamente son protagonistas por su escaso sabor; y alguna otra incluye un colorante que aunque no está prohibido no se considera aceptable en el marisco congelado.

Marisco congelado

Rompiendo mitos

Por otro lado, en los análisis que se hacen de los niveles de calidad y salubridad de los productos, se ha detectado en general ausencia de cadmio, que es ese metal pesado por el que se recomienda no chupar las cabezas de los langostinos. Así que finalmente parece no ser algo tan peligroso como nos habían hecho creer. Ni siquiera en los análisis aparecen, por ejemplo, restos antibióticos en los mariscos de cultivo, y eso es bastante buena señal de que este tipo de productos es completamente fiable para nuestra salud.

El frigorífico es la opción ideal

Y otra creencia a valorar, esta por certera, es la del sumo cuidado al descongelar el marisco, ya que es muy importante realizar una correcta descongelación para preservar la calidad del producto, y conservar su sabor y su textura. Por lo que conviene recordar que la mejor manera de descongelar el marisco es en la nevera y no a temperatura ambiente o debajo del grifo. También podría ser válida la opción de descongelación del microondas, siempre que no nos pasemos con el tiempo y se corra el riesgo de cocinar un tanto el producto.

Y además en ese proceso de descongelación en la nevera, lo mejor es poner el marisco sobre una rejilla o un escurridor para evitar que el líquido entre en contacto con el producto como una manera de conservar mejor sus características. Si se trata de marisco para consumir directamente porque ya está cocido, lo ideal es sacarlo de la nevera tras la descongelación una hora antes de consumirlo.

Método de conservación de alimentos muy seguro

Definitivamente se ha logrado romper la desinformación que había alrededor de la industria pesquera del marisco congelado y la imagen de los consumidores ha mejorado considerablemente porque saben que esa pesca es sostenible y saludable. En su compra se siguen priorizando el precio, el orígen y el proceso de congelación, que son los detalles en los que nos fijamos al comprar marisco congelado, y también el hecho de tener la garantía de que en la congelación hay una capacidad para mantener el producto en las mejores condiciones nutricionales.

Quienes espacian su consumo tienen el hábito de comprarlo congelado como la forma más práctica de tenerlo siempre a mano para cuando queramos consumirlo. También hay de fondo razones económicas, pues comprarlo de esta manera suele resultar más económico que comprarlo fresco y en muchos hogares hay que anteponer cuestiones económicas a otras a la hora de adoptar decisiones de compra, aunque siempre vigilando la calidad del producto y de su correcta gestión y distribución para que ya que se hace la inversión, valga realmente la pena.

La opción más ventajosa para la mesa esta Navidad son los mariscos y pescados congelados porque son una gran alternativa en relación calidad/precio para que podamos tener un buen menú en estas fiestas.

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