La novedad del AirFryer es que no necesita una gota de aceite, salvo alguna excepción (como las patatas fritas que pelamos en casa). Para lo demás utiliza las grasas naturales que sueltan los alimentos cuando los cocinamos. Y comparado con el Actifry, es más pequeño y compacto.
Por su parte, el Actifry también necesita una mínima cantidad de aceite a la hora de freír, y no lo reutiliza. Podemos echarle hasta un kilo de alimento, que lo cocinará sin problemas. Tiene un temporizador que nos deja dedicarnos a otras tareas. Y después de cocinar no tenemos que dejarnos las uñas con el estropajo, se puede desmontar y meter al lavavajillas.
El AirFryer aún no está en el mercado. Pero según lo que os he contado, ¿cuál os parece mejor?