Escaramujo, ubicado en Salinas de Pisuerga es una de esas excepciones que confirman la regla, no hay cocido, ni sopas, ni caldos, no hay un menú con apariencia cutre, no hay en su carta una croqueta de súper con atributos gourmet vendida como casera ni te sientes estafado o como si hubieras hecho “el guiri”. Un local limpio, unas camareras amables y profesionales, gusto en la decoración: simple, blanca, nítida y cómoda.
Cuando sólo salvarías tres sitios de una zona tan enorme, y lo salvas de forma tan estrepitosa, éste se convierte en un sobresaliente.
Toda esta letanía quiere resumir que, por ejemplo, cuando conoces bien una ciudad y eres un foodie un poco sibarita sabes que en un mismo barrio puedes encontrar 4 sitios buenos y 200 malos. Así con cada barrio puede que en una ciudad como Barcelona tengas una veintena de sitios que son modernos, que buscan calidad, que saben bien lo que hacen, que no te toman el pelo y que son diferentes a la morralla (mayoría de sitios). En esta zona rural no te vas a encontrar las mierdas que puedes llegar a pisar en una gran ciudad, como ya digo, aquí, si hay 100 lugares para comer en tantos kilómetros, el 90% van del bien o muy bien al notable y sobre todo si llegas hambriento el: hemos comido bien, no se lo quita nadie. Pero encontrar el sobresaliente, algo diferente y especial es como la búsqueda del santo grial, tienes que invertir tiempo y kilómetros. Sigues las pistas, conoces a gente, te hablan dos, tres veces bien de un sitio, lo ubicas y si un día tienes un ahorrito y tiempo vas. La esperanza era grande, la sorpresa mayor.
Escaramujo – Lo que comímos y cómo lo comímos
Previa reserva para dos adultos y un niño, no ponen pegas para entrar 20 minutos antes al comedor (hay sitios que si). Primer punto a favor: amabilidad.
Segundo punto a favor: rapidez. Bebidas y pan al momento, cogen comanda con sentido: primero lo primero y luego lo que siga seguirá (hay sitios que son un desastre).
Aperitivo para cada mesa: pastel de chorizo con mousse de cerezas. Atención a los emplatados: menos es más siempre y en la carta ni te cuento, pero de la carta hablamos al final.
Pedimos varios platos para compartir incluido el antojo de Julito unas patatas fritas que serían cortadas a estilo puente nuevo (busca, busca, nunca a la cama te irás…).
Y comienza el repertorio elegido en esta, nuestra primera visita. Queso de Los Cantarillos, muy curado, con Flores de hibisco confitadas:
Las croquetas caseras. Esto es puntuar triple, con la cantidad de gañanes que nos las han vendido como caseras. En Escaramujo suelen tener variedad (sabor del día, algo lógico) estas eran de dos tipos: setas y ricotta.
Volveré para una segunda parte pues la carta tiene para combinar varias visitas. Si vas de camino a disfrutar de unos días en las preciosas tierras de La Pernía (auténtico corazón de la Montaña Palentina). O de excursión a Aguilar de Campoo , o de viaje de Castilla y León a Cantabria, o ha hacer el camino Lebaniego , este año es año jubilar: http://turismolapernia.com
No lo pienses: Escaramujo, en Salinas de Pisuerga. Teléfono para reservas: 979 12 01 16.