Ellos, muchas veces realizan su labor a temperaturas bajo cero, cuando tienen que podar la viña en pleno invierno. O están varias horas con el sol abrasivo, todo para que se logren vinos que llegan a ser únicos y que te hacen emocionar.
Le ponen el cuerpo a su trabajo, le ponen garra y brindan su mejor versión.
Quienes comunicamos el vino les agradecemos que estén ahí a la par trabajando con enólogos e ingenieros agrónomos por las viñas, por la tierra, por darle forma a una de las bebidas más noble el VINO.
¡¡Felicidades a quienes le hablan a las uvas, felicidades a los encantadores de uvas!!