He de felicitar a la chef nutricionista Mariana que ha conseguido este magnífico resultado. Tiene multitud de recetas veganas que deben estar deliciosas y que no he tenido el placer aún de probar, pero estoy segura que te ayudarán en tu día a día hacia una alimentación saludable y más sotenible.
Esta receta, sin duda, se ha convertido en uno de mis básicos de despensa y me he vuelvo adicta de lo rica que está, no se si diría que me gusta más incluso que la mozzarella convencional de vaca. Así que te invito a que la hagas en casa y me digas qué tal la experiencia.
Una de las características que la hacen ideal es que es más saludable que otras mozzarellas veganas porque no lleva ningún tipo de aceite. Además contiene probióticos, que son muy beneficiosos para nuestra flora intestinal. Y finalmente para conseguir la fantástica textura que tiene, se emplea Psyllium, unas semillas mucilaginosas que se suelen utilizar como espesante y para aliviar síntomas de estreñimiento y diarrea. La verdad es que hace relativamente poco que supe de la existencia de estas semillas, pero ciertamente le aportan un diferenciador a muchos alimentos, por ejemplo son ideales para hacer pan de trigo sarraceno, si has comido alguna vez este tipo de pan verás que es más compacto que los elaborados con otras harinas. Al elaborar pan con Psyllium se consigue una mayor esponjosidad y da mejor resultado.
Ingredientes para 10-12 porciones generosas
300 gr. de anacardos
12 0ml. zumo de limón
6 gr. de levadura nutricional
3 Cápsulas de probióticos
550 ml. de agua
35 gr. de Psyllium en polvo
10 gr. de sal (o al gusto)
Lo primero es dejar en remojo los anacardos mínimo 8 horas (yo los dejo por la noche).
Enjuagamos y escurrimos los anacardos.
Trituramos los anacardos con una picadora o procesadora de alimentos junto con el zumo de limón.
Agregamos la levadura nutricional y el contenido de las cápsulas de probióticos (deberemos abrirlas).
Trituramos de nuevo que quede todo bien integrado.
Colocamos la masa en un recipiente de cristal y lo cubrimos. Deberemos dejarlo reposar 24 horas para que fermente en un lugar cálido.
Mezclamos el agua con el Psyllium en polvo. Vamos añadiendo las semillas mientras batimos. Cuando esté libre de grumos dejamos reposar hasta que obtenga consistencia gelatinosa.
Volvemos a triturar la mezcla ya fermentada pero en esta ocasión le agregamos el gel resultante del agua y el psyllium. Agregamos también la sal.
Colocamos la mezcla en un recipiente hondo o en boles. Podemos darle forma con nuestras manos humedecidas en agua.
Finalmente dejamos enfriar en la nevera 8 horas antes de hincarle el diente, que si eres como yo estarás deseándolo.
Guardado en un recipiente hermético podemos conservarlo en la nevera hasta 5 días.