"El atún se viste de rojo": La manipulación del atún para convertirlo en oro

El engaño de crear una pieza de atún rojo para multiplicar su precio

No es un secreto para nadie el hecho de que hoy en día comer atún rojo es un privilegio y no cualquier bolsillo puede permitírselo. La realidad paralela responde de manera engañosa a esta tendencia masiva es un fraude en la venta de pescado cada vez por más establecimientos: mayoristas, pescaderías, mercados, restaurantes Es más, esta acción es tan frecuente que representa al 40% de los casos. Sí, prácticamente la mitad de veces se sustituye fraudulentamente un pescado por otro más barato. ¿Y en el caso de las pescaderías? Crece hasta un 58%. Por no hablar de restauración donde el porcentaje que representa el engaño supera el 60%. No nos olvidemos de que todas estas prácticas tienen un nombre: fraude al consumidor y competencia desleal.

¿Cómo puedo distinguir el atún rojo del que no lo es para evitar que me engañen?

La dificultad de identificar un falso atún rojo se vuelve más grande con este pescado ya que, por su gran tamaño suele venderse despiezado y el consumidor no tiene la oportunidad de ver la pieza entera. Independientemente de dicho obstáculo, los cinco puntos clave a observar para identificar un atún rojo real son:

El etiquetado
Lo primero y fundamental para comprobar que realmente estamos comprando el pescado que queremos es comprobar el etiquetado. En la etiqueta no debe aparecer únicamente la palabra “atún” sino que la ley obliga a que se especifique qué tipo de atún es. Además, en esta etiqueta deben aparecer otros detalles como: fecha de captura, método de captura, si es un producto congelado previamente En el caso de que falte cualquiera de los datos citados anteriormente es un motivo más que de sobra para sospechar de fraude.

El color
Probablemente sea la manera más llamativa que tenemos de identificar un atún rojo falso. Cuando realmente se trata de una pieza de atún rojo, no existe uniformidad en el color del pescado sino que hay distintos tonos que abarcan desde tonalidades más rosadas, rojizas e incluso marrones dependiendo de la parte del pescado. Las partes pegadas a la piel del atún suelen ser más claras o rosadas y las más pegadas a la espina toman tonos más oscuros: rojizas o amarronadas.

Documento de Captura de Atún rojo
Toda pieza de atún rojo debe ir acompañada de su respectivo Documento de Captura de Atún rojo o BCD donde se acredita que el producto es completamente legal y que ha sido pescado dentro de la normativa de sostenibilidad de IICAT (Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico). La misma etiqueta deberá avalar que se trata de atún rojo con su nombre científico “Thunnus Thynnus”.

“Suelta un líquido”
Si la pieza de atún suelta algún tipo de líquido que no lo identifiquemos como sangre, es un claro indicio de que ese pescado ha pasado por un proceso de coloración artificial.

El precio
El precio es otro factor muy importante a tener en cuenta a la hora de decidir si fiarnos de esa pieza que nos venden como “atún rojo”. Un kilo de atún rojo puede llegar a costar hasta 60 euros por lo que si vemos un “atún rojo en oferta” con un precio muy bajo debe hacernos saltar las alarmas en cuanto a la veracidad del producto.

¿Cómo lo “convierten en atún rojo”?

Para lograr que una pieza de atún más barata tome la apariencia de atún rojo suelen emplear colorantes de diferentes procedencias. Uno de los aditivos vegetales más populares es la remolacha. El proceso no es nada complicado: introducen un trozo de atún blanco en un recipiente lo suficientemente hondo como para que el zumo de remolacha lo cubra por completo. Tras unos minutos ya tenemos nuestra pieza de atún teñida de rojo. El resultado, por desgracia, es asombrosamente rápido y efectivo.

La conclusión de esta práctica engañosa es que es tan dañina para el consumidor como para el mundo gastronómico. ¿Por qué? Porque a causa de que los casos de fraude en la venta del atún sean tan comunes, la sociedad cada vez es más consciente de que esto ocurre. Al ser conocedores de estos engaños temen, como es normal, de que eso les suceda a ellos mismos. La industria de la restauración y la gastronomía pierden credibilidad y autenticidad y esto de una manera o de otra les afecta en distintos parámetros de la industria.

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Etiquetas: Gastronomía

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