Tardes de Costura

Desde muy niña recuerdo las telas encima de la mesa, metros, hilos, tijeras, máquina de coser... A mi madre y a mi abuela cosiendo tarde tras tarde escuchando la radio y charlando sobre mil cosas. Así, cuando llegaba del cole, si no tenía que estudiar pues lo primero era la tarea, me daban para hacer cosas sencillitas como quitar hilvanes, pasar de hilo, sobrehilar o hacer dobladillos. Más tarde, aprendí a coser a máquina. ¡Cuántos recuerdos!

Mucho aprendí al lado de ellas, más de lo que me daba cuenta en esos momentos. Quizás ni valoraba realmente todo lo que trabajaban, pues coser es muy duro. Ni os cuento el dolor de cuello y espalda que te llevas a la final de la tarde o el desgaste de la vista que es muy considerable.

Por eso, yo doy mucho mérito al trabajo artesanal, el hecho a mano. Debemos pensar que detrás de cualquier trabajo artesano, hay alguien que se ha pasado horas haciéndolo y que adquieres un objeto único, ya sea un traje, zapatos, bolso, una vajilla pintada a mano, ese cuadro que lucirá precioso en tu salón o un mueble. Es importante dar el mérito y la importancia a esas personas que dedican su vida a hacer objetos únicos y especiales.

Últimamente he podido ver que hay un reconocimiento especial a la artesanía. Hay mucha gente que quiere llevar prendas únicas y hechas a medida. Cansados estamos de ver los mismos vestidos de algunas cadenas comerciales o marcas repartidos por todo el mundo. O algo que nunca he entendido: se acerca un dependiente, pides tu talla y te dice: esa blusa es talla única. ¡Madre mía! Ahora me entero de que todos somos iguales y tenemos las mismas medidas ¡Qué cosas!

Por eso, dentro de mis capacidades y mis conocimientos, hago algunas cositas que me enorgullecen, tanto para mí como para mis hijas. Verlas llevar la ropa que les hago me proporciona una gran satisfacción personal.

Hoy os quiero enseñar esta falda de capa y traje de dos piezas compuesto por pantalón y chaqueta tipo kimono que confeccioné antes de Navidad. Son para una de mis niñas... Yo feliz de verla.

Feliz fin de semana, deseando siempre "Que no te falte un perejil".







Así quedó la falda.







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Etiquetas: MANUALIDADES

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