Si hay un alimento representativo de este mes que acabamos de comenzar es, sin duda, la castaña. En el mercado la encontrarás ya en los puestos de frutas y verduras. Y por la calle, aunque cada vez menos, te embriagará el aroma de las castañas asadas en pequeños puestos.
Como todo fruto seco, las castañas te aportan mucha energía ya que son fuente de varios minerales, hidratos de carbono y contienen proteínas de una estimable calidad. Además, su valor energético es mucho menor al de otros frutos secos y son ricas en vitaminas B1 y B6, importantes para el funcionamiento del cerebro.
Y no sólo son sanas, sino también excelentes para degustarlas de varias formas. Hay quienes las consumen crudas, pero si eres de estómago delicado no es lo más aconsejable. En este caso es mejor degustarlas cocidas o asadas, esta última, la manera más famosa.
En postres dan mucho juego en tartas y pasteles, y en la cocina ‘salada' son las reinas de algunas cremas o
salsas y son una guarnición perfecta para algunos asados. También se inventan nuevos formatos para consumirlas como en paté o en crema de chocolate.
¿Quieres asarlas en tu propia casa? Toma nota
Castañas asadas (receta de Bombero) Imagen: azuleselcolordemicielo3.blogspot.com/
Hacemos un corte profundo en forma de cruz en la cáscara de la castaña. Ponerlas en remojo durante 15 minutos en agua caliente. Precalentar el horno a 170-180 ºC, unos 10 minutos. Se ponen las castañas con un corte cada una, en la bandeja, durante unos 20 minutos o hasta que la cáscara se comience a curvar pero sin que llegue a tostarse la castaña por dentro. Taparlas después con un paño húmedo lo que facilitará que se puedan pelar. Mejor, pelar en caliente.
¿Has comido ya este año castañas?