- 3 CLARAS DE HUEVO ( unos 90- 100 grs)
- UN VASO DE AZÚCAR (180 grs.)
- AGUA (50 grs)
ELABORACIÓN:
- Primero, montaremos con la ayuda de unas varillas las claras de huevo, hasta alcanzar el "punto de nieve" (es el punto donde al darle la vuelta al bol, de ahí no cae nada), y añadimos 50 gramos de azúcar, sin dejar de batir. Cuando quede totalmente integrado, reservamos a temperatura ambiente.
- Una vez tengamos nuestras claras montadas vamos a preparar un almíbar espeso, y para ello, calentamos los 50 gramos de agua junto con 130 gramos de azúcar, a fuego medio-alto (mi vitro tiene 9 puntos de intensidad, y lo puse en el punto 7). Lo dejaremos al fuego, sin dejar de remover, hasta que nuestro almíbar espese (hay recetas que hablan de un termómetro de azúcar, y de que el almíbar está listo cuando alcanza unos determinados grados, pero mi premisa es hacer repostería sencilla y al alcance de todos los públicos y bolsillos, jejejeje). Veréis claramente cuándo está listo, porque espesa bastante, y si no os fiáis, yo me guié por las "burbujitas" que se aprecian en el almíbar, que no deben ser muy grandes, os pongo una imágen (que vale más que mil palabras, ¿no?)
- Bien, ahora tenemos que integrar nuestro almíbar espeso en las claras que montamos antes, y lo haremos añadiendo el almíbar en chorrito muy muy muy finito y constante, ¡OJO! SIN DEJAR DE BATIR EN NINGÚN MOMENTO. Cuando tengamos todo el almíbar en las claras, seguimos batiendo hasta que notemos que el bol ha entibiado hasta casi enfriar.
- Reservamos en la nevera.
( Queda muy brillante y de aspecto sedoso)