Pero la cebolla caramelizada..., ay, amigos, la cebolla caramelizada es otra cosa, ¡esa me encanta! Ese toque dulzón que le da a los platos, que contrasta con quesos fuertes, que adorna las carnes, resalta los patés y viste de fiesta hasta a una hamburguesa, me apasiona.
Así que este resumen de hoy está dedicado a la cebolla caramelizada, cómo hacerla de varias maneras y cómo usarla en algunos platos para apasionados como yo de esta guarnición.
Lo primerito de todo es aprender a hacer la cebolla caramelizada. Es un proceso que lleva su tiempo porque precisamente la cebolla se carameliza con su propio azúcar si se cocina a fuego muuuuy lento. Aunque casi todos le añadimos un poquito de azúcar para agilizar el proceso. Podéis ver en mi propio blog, Cocinando para mis cachorritos, cómo preparar la cebolla caramelizada. VER RECETA AQUÍ:
Otra forma de hacerla, más rápida, como nos propone Virtudes: en el microondas. Habrá que probarlo porque el microondas ahora muchísimo tiempo. VER RECETA AQUÍ.
Uno de los platos en los que más me gusta usar la cebolla caramelizada es en las pizzas. Bueno, la que nos propone Dolorss no es una pizza, es una coca, pero se parece bastante porque ella usa masa de pizza para hacerla y lo bueno de estas preparaciones es que te admiten de casi todo y son tan socorridas. Mirad la pinta que tiene VER RECETA AQUÍ.
Ya os he dicho que la cebolla caramelizada es el complemento perfecto de cualquier plato, le da un toque especial en este caso a las verduras. Bueno, ¿sabíais que la alcachofa es una flor? Pues sí, flores (huy, perdón, alcachofas) con cebolla caramelizada es lo que nos trae Lourdes. Yo no me resisto. VER RECETA AQUÍ.
Desde luego añadir la cebolla caramelizada a un bocadillo a o una hamburguesa les va a dar un toque súeper especial. Como muestra, varios botones: el espectacular bocata de calamares con cebolla caramelizada que ha preparado Pilar que llama la atención, además, por el atractivo pan que ella misma ha preparado (VER RECETA AQUÍ) y la deliciosa hamburguesa gourmet que, además de la cebolla caramelizada, lleva aceite trufado y carne de buey, ¡toda una delicia para quitarle la razón a aquellos que se empeñan en llamar a la hamburguesa "fast food"! Solo hay que cocinarla con buenos ingredientes y con mimo para convertirlas en un plato de lujo. VER RECETA AQUÍ.
¿Que lo que tenemos es una comida informal y nos apetece poner tapitas y pinchos? Pues también tengo sugerencias con cebolla caramelizada.
Ved, por ejemplo, esta deliciosa tapa de morcilla, piñones y cebolla caramelizada de mi propio blog. La preparó mi otra mitad, mi hermana, para celebrar el segundo cumple de su cachorrito. VER RECETA AQUÍ.
O estos hojaldritos en los que la cebolla está caramelizada junto con piña. Muy curioso, tienen que estar deliciosos. VER RECETA AQUÍ.
Ya os dije que la cebolla caramelizada combina especialmente bien con las carnes, especialmente con el cerdo, la ternera y el buey. Y, para seguir con las tapitas, Chusa ha preparado unas tostas de solomillo y cebolla caramelizada que de aperitivo nada, son casi casi un plato principal. Me encantan. VER RECETA AQUÍ.
A mí me encanta combinar la cebolla caramelizada también con pescado, especialmente con atún. Yo suelo hacerlo con atún fresco, pero como hay que tener recursos, Mary nos ofrece otra tapa hecha con hojaldre, atún (de lata) y cebolla caramelizada. Y queda muy pero que muy bien. VER RECETA AQUÍ.
Como me apetece mostraros el uso de este ingrediente en distintos tipos de platos, voy ahora a por una ensalada en la que se combina el queso brie frito con la cebolla caramelizada. Vamos, que ligera no es a pesar de ser ensalada pero rica, no me lo podréis negar. VER RECETA AQUÍ.
Yo no sé si a mis cachorritos les van a gustar estos macarrones o les va a pasar como a la hija de Carmen, pero desde luego a su madre le volverán loca: mezcla pasta y cebolla caramelizada, ¿para qué quiero más? Desde luego es una forma diferente y original de servir la pasta. VER RECETA AQUÍ.
O con spaghetti y bonito, porque en la variedad está el gusto y de esta manera, además, tenemos un plato único súper completo al que solo le falta el postre (a base de fruta) para tener un menú equilibrado y saludable. VER RECETA AQUÍ.
Y, para finalizar y como plato fuerte, unos muslitos de pollo en los que la cebolla caramelizada no es solo una guarnición, sino una parte importantísima. Vamos, como que los muslitos están cocinados junto a la cebolla, como par disimularla, jijiji. Solo apto para adeptos a la cebolla caramelizada como yo. VER RECETA AQUÍ.
No os quejaréis de sugerencias. Que nadie me diga a partir de ahora que no sabe cómo usar un poco de cebolla caramelizada que tiene en el frigorífico. Por cierto, no la guardéis demasiado tiempo porque debe de ser por los azúcares que contiene pero fermenta y os puede hacer daño en el estómago (esto os lo digo por experiencia propia). Es mejor cocinarla y consumirla casi inmediatamente. En cualquier caso, si la dejáis preparada el día de antes, por ejemplo, cuidad de guardarla siempre en frío.
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