Ayuso propone sustituir la Beca Comedor por menús infantiles de Telepizza y Rodilla y Sanidad lo impide

Opinión

Por: Xabier Sánchez Duro



El pasado sábado se decretaba el estado de alarma en todo el país y los bares y restaurantes, así como todo comercio que no fuera de primera necesidad, se veían obligados a cerrar la persiana. Días antes la Comunidad de Madrid, Galicia, Cataluña y la Comunidad Valenciana ya habían actuado a petición del ciudadano, pero dejaron abierta la ventana con la que permitían a aquellos locales que tuvieran el servicio de comida a domicilio siguieran con su actividad.

No voy a entrar en la irresponsabilidad que supone, por no salir al supermercado de al lado de casa, pedir por Glovo o Just Eat a cualquiera de las cadenas de comida rápida que, frente a cuyas puertas, se apelotonan los riders, con medidas de protección insuficientes y completamente expuestos a un virus por el que supuestamente estamos confinados en nuestras casas, a la espera de poder traernos ese pedido que satisfaga nuestros deseos más innecesarios en plena crisis del coronavirus.

Pero sí entraré en el hecho de que comedores sociales, bares y restaurantes municipales, así como centros de día para ancianos o comedores infantiles se han visto en la necesidad de cerrar. Aún siendo locales en los que se ofrecía a los grupos más vulnerables de nuestra sociedad una alimentación equilibrada y adaptada a sus necesidades y condiciones médicas.

Después de que el pasado miércoles el equipo de gobierno de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, decidiera rescindir los contratos de los servicios privatizados de los centros escolares, prestados por empresas externas especializadas en las colectividades y preparadas para adaptar su alimentación a cualquier condición física, de salud o religiosa, Ayuso y su ejecutivo, concretamente la Consejería de Educación, no tuvieron mejor propuesta que la de sustituir por menús infantiles del Telepizza y Rodilla, la beca de comedores con la que se benefician más de 11,500 alumnos con baja capacidad para acceder a una adecuada alimentación.

Gracias a la cordura, el Ministerio de Sanidad, que tiene todas las competencias en cuanto a salud pública se refiere, ha denegado la propuesta del equipo de gobierno madrileño por tratarse de comida poco saludable, incluso después de que Díaz Ayuso se mostrara molesta por la decisión tras haber logrado Telepizza se comprometiera a que "solo hubiera pizza un día a la semana".

Mientras que al ejecutivo de Ayuso se les siguen escapando los intereses por los poros, recuerdo que el país se encuentra en un estado de alarma decretado por la alta capacidad infecciosa de un virus que ha sido considerado pandemia por la OMS, y que ya ha dejado a más de 300 muertos a su paso sólo en España. Mientras tanto, los ciudadanos nos lo tomamos como unas vacaciones, escapando a segundas viviendas o a las casas del pueblo con los niños, propagando más rápidamente así el Covid-19, ante nuestra incapacidad de empatía y bajo sentido de la responsabilidad, respaldados por los gobiernos locales que confunden la primera necesidad con la oportunidad de negocio.