Aunque opino que los caracoles cuesta trabajo cogerlos, lavarlos, cocinarlos y hasta comerlos, en esta ocasión agarre un puñadito de mi huerto y decidí cocinarlos en lugar de tirarlos, que hacía años que no comía caracoles.
Además como eran muy poquitos, seguro que no nos aburriríamos de comerlos.
Ingredientes (2 personas):
2 puñados de caracoles
2 pimientas de Cayena enteras
Salsa boloñesa (receta)
Laurel
Sal
Preparación:
He intentado simplificar al máximo la receta de estos caracoles y realmente el resultado ha sido bastante rico.
Está claro que una vez tenemos los caracoles, hemos de hacerlos ayunar o alimentarlos con harina, durante un par de días, puesto que han podido comer vegetales no aptos para nuestro estómago.
Una vez realizado el ayuno, lavamos los caracoles con abundante sal, hasta que suelten las babas.
Los dejamos en remojo, tapados toda una noche, para que salgan de su casita.
Colocamos una cazuela de barro a fuego muy lento con agua que cubra los caracoles y las dos pimientas de Cayena.
Cuando el agua comience a hervir, añadimos la salsa Boloñesa y dejamos reducir hasta que la salsa tenga el espesor deseado.
Servir calientes.