Los mercaderes portugueses llegaron a Japón y dejaron el pan de Castilla, que fue bien acogido por los nipones y de ahí lo de llamarlo kasutera, pronunciado por ellos como "kastela". Con este mismo bizcocho suelen elaborar una tarta de nata y fresa que toman con un té verde o rojo. No hicimos la receta en el curso porque es muy sencilla pero la anécdota nos gustó mucho a todos así que decidí investigar un poquito más y encontré la receta.
Como las fresas me gustan y es temporada tenía el gusanillo de hacer una tarta de nata y fresas japonesa y este fue el resultado:
Ya puedo subir fotos jiji...Me lo zampé con mis amigas.
Aquí va la receta que encontré:
Ingredientes:
2 cucharadas de leche.
2 cucharadas de miel.
4 huevos.
3/4 de taza de azúcar.
3/4 de taza de harina leudante ( Yo usé la del Mercadona)
Preparación:
Precalentar el horno a 160º.
Poner papel de horno en el molde para bizcochos y untar con mantequilla.
Mezclar la miel con la leche caliente y reservar.
Batir las claras a punto de nieve incorporando el azúcar poco a poco.
Añadir las yemas batidas al merengue poco a poco.
Añadir la harina tamizada con cuidado y mezclar.
Añadir la leche con miel y mezclar bien.
Verter la mezcla en el molde y dar unos golpes para que no queden burbujas de aire.
Cocer en el horno hasta que el bizcocho se despegue de las paredes y al tocar la superficie baje y vuelva a subir como si fuera una esponja. Unos 30 minutos más o menos.
Ya cocido, desmoldarlo boca abajo y lo mantenemos así y tapado con film transparente hasta que se enfríe.Importante taparlo con film si no queremos que se hunda y pierda su textura.
Una vez frío, ya puedes cortarlo como quieras y comerlo.
Por lo que he visto en vídeos y páginas de gastronomía japonesa, los nipones suelen cubrir todo el bizcocho con nata pero a mi me daba pereza hacerlo y solo le puse decoración por encima. La textura es muy esponjosa y el sabor bastante azucarado, por eso entendí al probarlo que los japoneses lo tomasen con una taza de té, para que el amargo de la bebida contrarrestase el dulzor del postre. Yo personalmente me lo tomé con un ColaCao porque no soy de tés a no ser que quiera hacer la operación bikini.
Si os gusta el dulce os lo recomiendo.