Hay algunos que afirman que no hay nada más satisfactorio que mirar en la nevera, descubrir una caja de pizza sobrante y tomar una rebanada fría para picar de inmediato.
Pero nada es mejor que una pizza caliente, crujiente y con queso derretido encima. Poner en marcha el horno tarda demasiado tiempo cuando queremos comer la pizza restante, así que te hablaremos de otra forma (más fácil y rápida) de recalentar una porción.
Usa un sartén en la estufa
Cuando solo necesitas calentar una o dos porciones de pizza, el truco es usar un sartén en lugar de encender el horno.
¿Por qué la estufa?
Una estufa se calienta rápidamente pero no calienta tu cocina como lo hace un horno. La clave de este método es asegurarte de que la pizza esté cubierta mientras se calienta, esto atrapa el vapor para mantener la parte superior de la pizza húmeda y ayuda a volver a fundir el queso. Y no te preocupes, ¡no hace que la pizza esté empapada! De hecho, la corteza vuelve a ser agradable y crujiente, a veces incluso más crujiente de lo que era originalmente.
Cómo recalentar la pizza en la estufa
Para recalentar una rebanada de pizza en la estufa, usa un sartén lo suficientemente grande para que tu rebanada se pueda sentar plana en la sartén, de preferencia un antiadherente ya que a veces el queso puede gotear en la sartén, pero las sartenes normales y las de hierro fundido también funcionan bien.
Luego, coloca la rebanada de pizza en la sartén y pon una tapa (o un pedazo de papel de aluminio) en la parte superior y enciende la estufa a fuego medio. No es necesario precalentar el sartén, ¡simplemente ponlo en la estufa! Utiliza un temporizador de seis minutos y aléjate.
Después de seis minutos, comprueba la pizza: la parte inferior debe estar crujiente y el queso encima debe estar derretido. Si no lo está, solo cocínalo por unos minutos más.
¡Y eso es! Disfruta de tu porción crujiente de pizza que sabe tan bien como la primera vez.