Hay momentos especiales como las bodas, las comuniones o los cumpleaños en los que una tarta original y sorprendente puede hacer la ocasión más inolvidable aún de lo que es. Jugando con ingredientes, texturas y sabores, se pueden conseguir pasteles de una belleza extraordinaria, con un colorido y un sabor que no dejarán indiferente a nadie.
Con esta idea en mente, Eva María Benavente ha sacado adelante un negocio en el que vierte su amor por la decoración y por la cocina a partes iguales. Esta española afincada actualmente en Argentina dedica su esfuerzo a "decorar tartas de una manera original y artesanal, según el tema que proponga el cliente y para cualquier tipo de evento".
?Cómo empezó todo?
Benavente es una enamorada de la decoración y la restauración. Estas aficiones le llevaron a crear las tartas que hoy día diseña. Tras su llegada a Argentina, observó los pasteles que allí se preparaban y decidió probar a hacerlos ella misma. Primero, empezó diseñándolos para sus hijos y amigos, hasta que finalmente las comenzó a vender.
Además de crear la tarta, su otra especialidad son los adornos personalizados: "el cliente me manda una foto suya, e intento acercarme lo más posible a sus rasgos, junto con detalles de su personalidad o profesión, ropa, etc.", nos explica. Esta 'personalización' es especialmente solicitada para crear las figuras que decoran las tartas nupciales.
Manos a la obra
La preparación de uno de estos pasteles lleva algo más de tiempo que cualquier otro tipo de dulce, ya que hay que planificar varias cuestiones. "Después de estudiar el proyecto, modelo el adorno pedido por el cliente, preparo la masa donde irá posada la tarta y pienso la forma del molde que me hará falta para el trabajo", explica la artista.
Tras estos pasos, la diseñadora elabora el bizcocho, lo rellena y lo deja metido en la nevera mientras termina de modelar el resto de la ornamentación, que es la parte que más tiempo le suele llevar. Sólo unas horas antes de entregar el pedido, añade la decoración al bizcocho.
Pero, ?se puede comer?
Una de las dudas que más se plantean los clientes al ver una obra culinaria tan perfecta es si se puede comer. Benavente afirma que todos los ingredientes que emplea "son 100% comestibles". Aunque si los consumidores desean quedarse los adornos como recuerdo, la artista los modela con porcelana fría que "no es comestible, pero tampoco es tóxica".
La mayoría de lo que elabora está hecho con fondant, una masa realizada con azúcar, glucosa, agua y zumo de limón, que permite cubrir los bizcochos y conseguir las formas originales. Actualmente es muy usada por casi todos los pasteleros por lo maleable que es. Preparar una obra de arte no tiene que ir en prejuicio de su carácter comestible.
Primera calidad
Una parte importante en estos pasteles es el relleno del bizcocho que sirve de base. La creadora cuida al máximo los ingredientes que lo conformarán, eligiéndolos siempre de primera calidad, puesto que, como comenta "no sólo pretendo que tenga éxito la decoración, sino también el sabor de la tarta. Es todo un conjunto".
Las figuras, por su parte, las suele teñir de colorantes comestibles. Después, todo es fruto de su trabajo manual. Benavente aclara que estudió mucho antes de dedicarse de lleno a ello, pero que no deja de investigar "para estar siempre lo más actualizada posible, ya que, como todo, este mundo avanza y salen continuamente técnicas nuevas".
Tartas para momentos especiales
La demanda en España aún no es muy elevada, pues esta artesanía pastelera aún no tiene el arraigo que sí que posee en otros países. Las tartas que más se solicitan son las preparadas especialmente para niños. La artesana agradece este trabajo porque, "no tiene precio cuando ves las caritas de asombro al descubrir su tarta".
Una parte importante de esta demanda para niños se centra en los pasteles especiales para celebrar bautizos y comuniones. En éstos priman las figuras de ángeles, de pájaros o de los propios niños comulgando, aunque también se hacen maquetas de iglesias o personajes de dibujos animados.
"De bautizos y de comuniones, la verdad es que hoy por hoy, prácticamente vale todo", comenta la artista.
Esta artesana pastelera convierte un mundo, ya de por sí dulce, en todo un espectáculo de fantasías e ilusiones. Detrás del resultado final se esconde un esfuerzo enorme y una dedicación de muchas horas: "este trabajo es especial, no es para realizar 20 tartas diarias, pues cada trabajo lleva su tiempo", explica Benavente. Un buen trabajo requiere paciencia y mucha inspiración por parte de la creadora. Aunque, eso sí, a pesar de que tengas que esperar un tiempo, el resultado final merece la pena.