Es en la adolescencia cuando suelen surgir los primeros desórdenes alimenticios, motivados por la obsesión por el culto al cuerpo, pero también cuando los hijos escapan del férreo control de los padres y pueden elegir ellos mismos la comida que más les gusta. Ante el adictivo sabor del fast food, padres y educadores han de hacer un esfuerzo para que los jóvenes aprendan a valorar la buena mesa, lo que les garantizará una dieta equilibrada y una vida más saludable.
El libro ¡Déjame cocinar! apuesta por que los adolescentes se animen a entrar en la cocina, con el fin de que sepan desenvolverse ante los fogones y sean capaces de apreciar la calidad en el plato. Se trata de un manual útil y divertido, lleno de recetas sencillas, que pretende ayudar a despertar su sensibilidad hacia la cocina. María Enrich, filóloga, docente y coautora del libro junto a la gastrónoma Ada Parellada, nos contesta en esta entrevista a algunas de las dudas más frecuentes a la hora de afrontar la alimentación y educación culinaria de nuestros hijos adolescentes.
Pregunta:¿Por qué hay adolescentes que comen peor que otros?
Respuesta:Debemos tener en cuenta que no todos los adolescentes son iguales. En relación con su conducta alimentaria, creo que influyen una serie de factores:
La educación recibida en casa y en el colegio respecto a hábitos alimentarios. La influencia mayor o menor que puedan ejercer los medios de comunicación en cada adolescente. El ambiente donde se mueve cada uno de ellos (hay ambientes juveniles más obsesionados por el culto al físico que otros). P:¿Cuál es la edad más conflictiva? ¿Son las chicas peores que los chicos o al revés?
R:La edad empieza a ser conflictiva a partir de la pre-adolescencia (a partir de los estudios de secundaria) y creo que afecta más a chicas que a chicos.
P:¿Qué se puede hacer para animar a que los adolescentes coman mejor?
R:Educar el sentido crítico. Enseñar a ver qué hay de cierto y qué hay de falso en los mensajes que el adolescente recibe de los medios de comunicación (por ejemplo, alimentos light, productos que adelgazan, etc.)
P:¿Existen trucos para conseguir que mejore su alimentación?
R:El mejor truco es que el adolescente conozca alimentos de buena calidad, que sepa apreciarlos y distinguirlos de otros cuya calidad es dudosa. Ante un producto de calidad, la comida basura tiene pocas posibilidades de éxito.
Otro "truco" es la presentación de los platos. Saber combinar formas y colores para hacerlos seductores a la vista y, también, cuando sea posible, al olfato.
La cocina parece ser una buena vía para conseguir que los jóvenes coman mejor, pero, ¿cómo se les anima a cocinar? Dejando que experimenten delante de los fogones, que se sientan autónomos y no dependientes de las "órdenes" de un adulto; haciendo "suyas" algunas recetas para poder mostrarlas ante la familia, el grupo de amigos, etc. Son caminos para que el adolescente se aproxime a la cocina y deje de creer que es sólo patrimonio de los mayores.
P:¿Qué recetas se adaptan mejor a sus gustos, necesidades y capacidades como cocineros amateur?
R:Recetas fáciles, que no necesiten precisión térmica ni cuantitativa, etc. Recetas rápidas que incluyan transformaciones de alimentos: fundidos, batidos, etc. Y también a través de recetas de productos dulces como galletas, bizcochos, etc.
P:¿Por qué hay tantos adolescentes obesos?
R:Debido a una mala alimentación, obviamente, pero también debido al estado de ansiedad en que a menudo está sometido el adolescente. Esto provoca que coma no porque tiene hambre, sino para calmar la ansiedad.
P:¿Cómo se puede paliar la epidemia de obesidad que se vive en España y Europa?
R:Educación, educación, educación para construir un sistema de valores correctos y unos criterios sólidos y poder rechazar los falsos mensajes del mundo de la publicidad.
P:¿Cuáles son los errores más habituales en los que incurren los padres en la educación nutricional de sus hijos?
R:Los padres a menudo (debido a la falta de tiempo, al cansancio, al estrés), para ir rápido, buscan complacer al niño dándole "comida fácil" de consumir: productos blandos que no hace falta masticar, productos precocinados con aromas y colorantes artificiales, etc. El niño se acostumbra a no hallar "obstáculos" cuando come. Después, al hacerse mayor, limpiar una espina de un pescado o pelar una fruta puede convertirse en un auténtico handicap.
P:¿Qué papel ocupa en centro docente y los comedores escolares en la socialización alimenticia de los adolescentes?
R:Un papel muy importante. Teniendo en cuenta que cada vez hay más niños y adolescentes que comen en la escuela, la hora de comer debería ser como una materia lectiva más. Es conveniente aprovecharla para que el alumnado conozca los productos, las cocciones, las tradiciones gastronómicas, las composiciones de los alimentos, etc.