ENTREVISTAS IMAGINARIAS: Primera Entrevista


por Norma Alasia

Estuve pensando cómo sería trasmitir un programa dedicado a los libros desde la playa; quizás se haya hecho alguna vez, pero yo no tuve la oportunidad de verlo. Lo imagino como programa de televisión pero se podría hacer por radio, aunque sería una pena perderse el paisaje que nos ofrece un lugar de playa solitario y cerca de un faro.
Imaginé que el periodista se llama Z; su productora, Cynthia; el sonidista, Álvaro y el cameraman, Simon. Y que la duración del programa es de media hora; y que el programa se graba durante el día y se trasmite de lunes a viernes por la noche, después de las 22.00.
La historia puede comenzar así:

“Cuando caiga la última hoja del otoño seré tuya.”

Z leyó esta frase a los diez años, su hermana mayor la había señalado en un libro. Cuando la descubrió pensó usarla en su contra para avergonzarla a la hora de la cena pero, en realidad, Sonia jamás lo molestaba, todo lo contrario. Era su hermana preferida pero el instinto de hermano menor le había jugado una mala pasada.
Un par de años después, cuando su primer amor lo dejó por un chico que tenía pileta de natación en su casa, deseó con toda su alma que esa chica se lo dijera, quería oír aquella voz susurrando a su oído: “cuando caiga la última hoja del otoño seré tuya”; pero nunca hasta ahora había tenido esa suerte. Sólo quedaba el recuerdo de aquella frase que había leído tanto tiempo atrás.
Hoy es el último programa de la primavera; mañana comienza el verano y eso significa que empiezan a trasmitir desde la playa. Suena cursi. Quizás lo sea. Pero Z pensó en ir a un lugar solitario, una playa que le recomendó un amigo. Por suerte mañana es sábado y disponen de dos días par acomodarse en lo que será su nuevo hogar hasta el otoño. Ya había técnicos trabajando en la casa de la playa desde hacía unos días y ellos se tenían que mudar ahí por los próximos meses. Eran tres jóvenes, cuatro en realidad porque el novio de Álvaro se va a hacer presente desde el inicio, y una chica, la productora. En la última fiesta de Navidad ella tuvo una historia con el cameraman pero todo quedó ahí, en el champagne que tomaron; de hecho, para la fiesta de Fin de Año, Simon llegó acompañado por una pelirroja teñida y Cynthia, por el bañero del club donde practica natación.
Estaba decidido cómo iban a trasladar a los entrevistados hasta la casa de la playa pero con el primer invitado no hubo ningún problema, era el intendente del lugar.

1er. Día.

“La mañana se despertó llorando.”

‑ ¿Te parece cursi comenzar así el programa de hoy?
‑ ¿Debo leerlo o decirlo como un pensamiento espontáneo?, preguntó Z.
‑ Como un pensamiento todo tuyo, respondió la productora.
‑ ¿Y qué tal si digo: “Hoy llueve, señoras y señores, nadie puede meterse en el mar y es un gran día para mirar en la TV un programa de entrevistas?
‑ Muy gracioso. Pero te olvidás que vamos por la noche.
‑ Hay quienes nadan por la noche.
‑ No en estas aguas.
‑ Jamás, y escuchá bien lo que te digo, jamás vas a conseguir poner en mi boca una frase como ésa. Pasemos a otro tema.
‑ Muy bien, ¿el señor sabe quién viene hoy?
‑ Un político del lugar.
‑ Exacto, el intendente. ¿Y sobre qué vas a hablar con él?
‑ Sobre su infancia, sobre sus primeras experiencias con la lectura y con los libros, su adolescencia y… sobre el plan cultural que tiene para esta ciudad.
‑ Confío en vos, dijo Cynthia. Todos confiamos en vos.
‑ ¿Tienen otra opción?

La soberbia de Z se hacía notar, como siempre; algunas veces era tolerable y otras, no tanto.

‑ ¡Sr. Flitz Correa, es un gusto tenerlo con nosotros!, dijo Cynthia con naturalidad, era una experta en relaciones públicas.
‑ Señorita Simmons, este programa es como una fresca brisa de verano para todos nosotros. Cuando mi secretaria me dijo que existía la posibilidad, la simple posibilidad de acogerlos en nuestra Ciudad, supe que éste iba a ser un magnífico verano. A propósito, ¿conoce a mi “mano derecha” Laura? Para mí, esta brillante joven es mucho más que una secretaria.
‑ Por supuesto, hablamos varias veces por teléfono. Tomen asiento por favor, la maquilladora viene en un momento.
‑ Trajimos un cuestionario a modo de sugerencias para que el señor Z lo tenga durante la entrevista, dijo la brillante secretaria.
‑ Estoy segura de que a Z le va a ser de gran ayuda, contestó Cynthia con sarcasmo.

‑ ¿Qué?, gritó Z. ¿Desde cuándo el entrevistado sugiere las preguntas?
‑ Lo sé, esta vez tenés razón, pero podrías disimularlo, dijo tímidamente la joven; mientras usaba todos sus encantos. Ella conocía el punto débil de Z.
‑ Veamos, querés decir que tengo que disimular mi desprecio por este hombre, desprecio que se acaba de ganar; porque de lo contrario, nos tenemos que ir de aquí.
‑ Exacto.
‑ Ok, dame esa basura.

1a. Entrevista

‑ Intendente Flitz Correa, mientras estrecho su mano permítame agradecerle que Usted haya hecho de este verano, “nuestro verano” en este maravilloso lugar, dijo Z.
‑ Señor Z, con humildad recibo sus palabras y las guardo en mi corazón. Pero los dos sabemos que le debemos todo esto a estas maravillosas señoritas que nos acompañan. (Z estaba seguro de ello.)

Cynthia les señaló el camino hasta sus respectivos asientos susurrándole a Z al oído que evite la adulación, no era lo suyo; pero esta vez le estaba agradecida.

‑ Como le decía fuera de las cámaras; estamos en el aire, ¿verdad?, preguntó el Intendente.
‑ Sí, comenzamos a grabar, respondió Z.
‑ Mi primer recuerdo en el campo literario son los cuentos que me contaba mi abuelo materno, él era español, de Galicia. Tenía “un vasto repertorio”, como siempre decía mi madre, que no se cansaba de sacar a la luz cada vez que tenía la oportunidad de hacerlo. En cambio mi familia paterna, inglesa por cierto, aunque el apellido Flitz deriva de Fritz, nombre de origen alemán, así que es posible que corra por mis venas sangre alemana, lo que me llena de orgullo ya que Wagner encabeza la lista de mis compositores preferidos. Como decía, mis abuelos paternos poseían una vasta biblioteca cuyos libros me permitían tocar siempre y cuando tuviera mis manos limpias y bajo la supervisión de un adulto que, por lo general, era mi abuela. Una dulce señora con sus cabellos blanco platinados, su piel extremadamente blanca y suave y sus modos que reflejaban la vida que siempre había llevado.
‑ O sea…
‑ Aristocrática, ellos pertenecían a la aristocracia.
‑ Entonces Usted es aristócrata.
‑ Desde que tengo uso de razón preferí acercarme a la gente común, como Usted; quiero decir, como todos nosotros.
‑ Y gracias a ese espíritu es que estamos aquí, dijo Z mientras gozaba de este embarazoso momento para el hombre que había osado llevarle un cuestionario a modo de “sugerencia”.
‑ Estimado joven, permítame decirle con toda sinceridad que gracias a gente como Usted, todos vamos a salir adelante de este momento histórico que nos toca vivir. Las crisis van y vienen, oscilan como un péndulo pero Ustedes, los más jóvenes, siempre están para recordarnos que vale la pena luchar, salir adelante, levantar cabeza y seguir luchando SIEMPRE, concluyendo con énfasis su discurso.
‑ El Hidalgo Caballero Don Quijote de la Mancha, dijo Z pensando en voz alta.
‑ Un Hidalgo Caballero que luchaba contra gigantes, agregó el político.
‑ ¿Y ése fue el espíritu que tuvieron al planificar las actividades culturales de este verano a llevar a cabo en los diferentes puntos de esta Ciudad?
‑ Mi joven amigo, permítame llamarlo amigo, me alegra que Usted haya mencionado nuestro programa cultural; nuestras actividades para todos quienes se quieran acercar a la Biblioteca Municipal y pasar un excelente verano con nosotros, ya que proponemos actividades para toda la familia y por toda la Ciudad, también en la playa. En nuestra Biblioteca van a encontrar el programa con las actividades.
‑ Aquí me dicen que también se encuentra por Internet.
‑ Por supuesto; sucede que yo soy “a la antigua”; es mi secretaria quien consulta Internet todo el tiempo.
‑ Entonces no es amigo de las redes sociales: Facebook, Twitter…
‑ Ni siquiera contesto los mails, dijo el intendente Flitz Correa interrumpiendo a su entrevistador.

Nuevamente Z podía tomar las riendas del asunto; el político había dicho que no contestaba los mails.

‑ Quiere decir que su brillante secretaria responde los mails que sus fieles seguidores le envían.
‑ Bueno, mi estimado, yo los contesto a mano y ella los pasa a la computadora.
‑ ¿Y qué tipo de lectura es su preferida?, preguntó Z siguiendo el cuestionario.

Y aquí, el Intendente comenzó a recitar una lista de interesantes títulos y autores que su inteligente y astuta secretaria le había sugerido aprender de memoria.

‑ Ésta fue, por lejos, la peor entrevista que hice en mi vida, le dijo Z a Cynthia reprochándole su idea.
‑ Teníamos que hacerla, ellos nos la sugirieron cuando le solicitamos autorización para trasmitir desde acá.
‑ Podríamos haber ido a otro lugar.
‑ Dejá tu aire de divo conmigo, te conozco bien, nos conocemos demasiado bien. Querías trabajar “en el Paraíso”, éstas fueron tus palabras y si te detuvieras un segundo a mirar el paisaje que nos rodea, no tendrías nada que reprocharme.
‑ Te ganaste una cena hecha por mis manos, dijo Z con aire de disculpa.
‑ Tuvimos un día duro y necesito estar sola en el jacuzzi que pediste que tuviera esta casa y debo reconocer que fue tu mejor idea en mucho tiempo. La cena queda pendiente, no la rechazo, la pospongo, ¿entendido?
‑ A la perfección, respondió Z con una sonrisa. Esa mujer tenía algo que le gustaba.

Fuente: este post proviene de historiasalahoradelté , donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

Recomendamos