A inicios de este mes de septiembre fuimos con mi familia a pasar unos días a Londres y, como no podía ser de otra manera, caminamos por la ciudad y especialmente por la calle Strand, exactamente hicimos nuestras compras en el 216B. Después, nos tentamos y cruzamos al típico pub que se encuentra enfrente y nos tomamos una rica cerveza inglesa, pero esa es otra historia.
En el 216B Strand, Londres, se encuentra el negocio de Twinings (sobre esto les hablaré más en detalle otro día), compramos diferentes tipos de té y, entre otros, uno muy particular: el “Steamed Green Tea soft mint”. Como su mombre lo indica, se trata de un té verde con un delicado y suave gusto a menta.
Cuando volvimos a casa encontré mi plata de menta muy crecida (será porque la dejé en un recipiente con bastante agua) y tuve ganas de hacer una receta diferente. Acá, en Italia, es muy común comer risotto y encontré una receta simple y rápida pero yo le hice el agregado del té.
Les cuento cómo:
Ingredientes (para 2 personas):
250 grs de arroz
1 cda de manteca
Aceite de oliva
1/2 cebolla chica
Caldo de verduras (cantidad necesaria)
Sal
2 saquitos de té verde de Menta
Menta fresca (algunas ramas)
Queso Parmigiano (opcional)
Preparación:
Ante todo, les sugiero preparar un sencillo caldo de verduras con cebolla, zanahoria, puerro, perejil, en fin, como ustedes estén acostumbrados a hacerlo; cuando esté listo lo cuelan y le agregan los 2 saquitos de té a la menta. Lo dejan en reposo unos minutos 3′, como si fueran a preparar té, y después retiran los saquitos del caldo.
Además, lavé unas 15 hojas de menta y las dejé listas sobre una tabla de madera para picarlas al final de la preparación.
Por otro lado, piqué bien chica la media cebolla y la rehogué con el aceite de oliva (estoy acostumbrada a usar muy poco porque cocino con la sartén antiadherente), le agregué el arroz, lo moví un minuto con la cuchara de madera y después le agregué el caldo. Continué a mover el arroz hasta que estuvo listo y, cuando veía que lo necesitaba, le ponía otro poco de caldo. Al final, le mezclé la cucharada de manteca y después piqué la menta que tenía en parte y se la agregué, por último, a la preparación.
Como ven en la foto, adorné el plato con una pequeña rama de menta.
Probamos el risotto solo y con el queso Parmigiano; en lo personal, me gustó más sin el queso pero siempre es cuestión de gustos.
Esperamos que disfruten de esta receta diferente.