Cuando un bocado es tan bonito que da pena comérselo… el tiempo que nos lleva el disfrutar de la disposición de los colores y entender la combinación de los ingredientes proporciona la pausa necesaria para paladear con más deleite aquello de lo que ya disfrutaron los ojos. No por nada se denomina a esta cocina slow food.
Ver las manos del Chef Kwon Woo Joong elaborar con precisión de cirujano sus creaciones es un ejercicio de anticipación y sorpresa. En una superficie de trabajo escrupulosamente organizada preparó un crujiente de alga y atún utilizando ingredientes cotidianos como atún, arroz, anchoa, ajo y cebolleta y también extremadamente refinados como el sirope de ciruela o el alga kelp.
Esta inmersión en el océano Hansik, me ha servido para descubrir que, sin yo saberlo, el sucedáneo de sushi que preparo para mis hijas con pepino, tortilla, zanahoria y embadurnando la hoja de alga con aceite de sésamo (lo que según mi madre da un toque a cacahuete), es casi como el kimbap coreano, especialmente apto para el público español ya que no utiliza pescado crudo.
Y vayan por delante mis disculpas a la Korean Food Foundation, al Chef Kwon Woo Joong y al elenco de profesionales de Madrid Fusión por esta, mi humilde interpretación de sus enseñanzas adaptada a los paladares infantiles.
Tagged: Cocina fácil, Recetas