Tal vez una mochila tipo saco no parece lo más ambicioso como primer proyecto costurero, pero por algo se empieza!! Me ha servido para recuperar la destreza que tenía de coser a mano, para hacer las letritas en fieltro, y para ir soltándome con la máquina de coser heredad de mi abuela.
El caso es que cuando parece muy sencillo hacer tres costuras, la de margen de error que puede haber!
Y desde luego, para lo que más me ha servido es para ENGANCHARME por completo en el tema costura. Me encanta pensar por qué lado coser para que quede bonito, y es súperplacentera la sensación al darle la vuelta. De todas las cosas a mano que hago es lo que me ha provocado más ese efecto. Cuando hago unos pendientes los visualizo muy bien; cuando horneo una tarta la vas viendo crecer (aunque probarla sería equiparable a esto que os cuento). Pero es que cuando estás cosiendo, le das la vuelta y de repente, ¡ahí está! hecha! Una bolsa preciosa!! Es muy guay!
Así que nada, me voy a ir a por telas preciosas pero ya mismo, no paro de pensar cosas que quiero hacer!