Muffins de maní y Chocolate

Muffins de maní y chocolate

Los postres son la perdición de la mayoría de las personas y es que pocos son los que se resisten a no probar una apetitosa torta de chocolate a pesar de considerarse a sí mismos como “no golosos”. La importancia de llevar una dieta saludable y variada, unido a la elevada tasa de obesidad mundial que en los últimos años ha crecido como la espuma ha provocado el  auge de un colectivo profesional hasta ahora poco explotado: el de los nutricionistas. Estos profesionales, generalmente ligados como asesoramiento para los deportistas, incluidos los deportistas mentales, ofrecen pautas para gestionar mejor los alimentos que consumimos, así como sus múltiples combinaciones. Generalmente los dulces suelen ser eliminados de estas dietas pero siempre que se coman con moderación, no hay problema. Además, siempre existen días especiales en los que nos apetece celebrar algo importante o simplemente darnos un homenaje. Para esos días unos muffins de maní y chocolate son ideales, pues son sencillísimos de hacer y están muy ricos y tiernos.

Para hacer estos muffins, que serán una auténtica delicia para aquellos que amen la combinación dulce/salado, necesitamos:

harina 280 gramos

azúcar moreno 130 gramos

chips de chocolate 125 gramos

mantequilla de maní 130 gramos

mantequilla normal 85 gramos, leche 25 ml

2 huevos grandes

2 cucharaditas de café de levadura y media cucharadita de café de sal.

Lo primero que debemos hacer, antes incluso de ponernos el delantal, es poner el horno a precalentar a 190 grados y preparar una bandeja de muffins con 12 cápsulas de papel. En caso de que no tengáis una bandeja especial, podéis colocar las cápsulas sobre la rejilla del horno. Nunca lo hagáis sobre la bandeja porque si no el aire caliente no podrá subir y nuestros muffins se quedarían sin hacer por la parte inferior.

Una vez hecho esto mezclamos en un bol grande el azúcar moreno, la levadura, la sal y la harina de tal modo que todos los ingredientes queden bien integrados. Por otra parte, derretimos la mantequilla normal y esperamos a que enfríe un poco. Para derretirla podemos hacerlo a fuego lento al baño maría o usando el microondas. Si optáis por esta segunda opción es mejor que lo hagáis en intervalos de 30 segundos para ir removiendo a cada poco y comprobar que no se os está quemando. Una vez que la mantequilla haya enfriado un poco y esté ligeramente tibia, le añadimos la leche y los huevos y lo batimos todo bien hasta conseguir una mezcla de un amarillo intenso. Cuando hayamos conseguido este color en una mezcla homogénea, la vamos a ir añadiendo a la mezcla de los ingredientes secos que previamente habíamos reservado. Cuando todos los ingredientes estén bien integrados, añadimos la mantequilla de maní y seguimos batiendo hasta que ésta se incorpore al 100%. Como veréis, os quedará una masa ligeramente espesa con algunos grumitos. No os preocupéis, es normal,  así que no tratéis de eliminarlos batiendo más porque lo único que conseguiréis será que vuestros muffins queden más secos.

Una vez que hayáis conseguido una masa homogénea (grumitos incluidos) es el momento de añadir las chips de chocolate. En caso de que no tengáis por casa chips, también podéis trocear una tableta de chocolate de repostería. El resultado es exactamente el mismo. Para incorporar las chips, nos valemos de una espátula con la que iremos haciendo movimientos envolventes hasta que el chocolate quede repartido por toda la masa. Es importante que no batamos más porque conseguiríamos el resultado anteriormente comentado: que nos salgan unos muffins muy secos.

Después de este último paso, ya podemos dividir la masa entre las doce cápsulas de papel y meterlas en el horno. El tiempo de horneado es de 20 minutos pero como cada horno es un mundo es mejor que vayáis comprobando pinchando con un palillo en el centro de los muffins si están hechos o no. Cuando veáis que ya no sale masa en el palillo, es el momento de sacarlos del horno.

¡Y listos! Estos muffins de maní y chocolate aguantarán tiernos durante 3 días si los guardamos en un recipiente hermético y son ideales para el desayuno o la merienda.

Fuente Imagen: Pixabay

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