Como en casa casi nada se tira, acabamos el contenido de una lata de piña en almíbar y se me ocurrió utilizar dicho almíbar para realizar un pan en freidora de aire, sustituyendo el agua por el almíbar de la lata de piña.
Ingredientes (500 g aproximadamente):
180 g de almíbar de piña
12 g de levadura fresca
300 g de harina
25 g de azúcar
1 cucharadita de sal
50 g de margarina
Preparación (70 minutos, incluyendo la fermentación de la masa):
Últimamente, tengo olvidada la amasadora y me ha dado por amasar los panes manchándome mis manitas, casi cuesta menos amasarlo a mano que después limpiar la amasadora.
Calentamos el almíbar en el microondas durante un minuto.
Cuando el almíbar este caliente, introducimos la levadura i el azúcar para que comience a fermentar (el agua debe estar templada, no quemar).
En un bol grande colocamos la sal en una esquinita.
Añadimos la harina, realizamos un agujero en el centro de la harina y colocamos el almíbar y la margarina.
Volcamos el almíbar con la levadura, en el agujero del centro de la harina.
Removemos hasta que podamos trabajar la masa en la encimera.
Amasamos bien durante unos 10 minutos.
A medio amasado, precalentamos la freidora a 80º durante 5 minutos añadiendo medio vasito de agua en el fondo del cestillo para que al hornearse el pan se hidrate bien.
Cuando tengamos la masa bien amasada, damos al pan forma de bola, aplastándola un poco para darle forma de hogaza.
Colocamos nuestro pan un molde de silicona del tamaño del cestillo de la freidora, utilizando un molde de silicona o papel de hornear para no manchar el cestillo.
En este momento le hice unos cortes en su parte superior y coloque el pan con la freidora precalentada, pero apagada, durante 30 minutos o hasta que la masa doble o triplique su tamaño.
Espolvoreamos harina sobre la masa para darle un aire rústico.
Horneamos a 180º durante 15 minutos.
Damos la vuelta al pan y horneamos 10 minutos más, comprobando el estado de cocción a los 5 minutos.
Dejar enfriar sobre una rejilla y a disfrutar de un pan casero recién hecho, ah y disfrutar del delicioso olor a pan recién horneado en casa, no tiene precio.