En este caso la hice de limón porque me pareció que con el calor que estamos pasando estos días es la más refrescante y porque aún sigo teniendo toneladas de limones de los que me regaló mi cuñada.
Sólo lleva tres ingredientes que son muy habituales en nuestras despensas y neveras, la elaboración es sencillísima y el resultado insuperable. Estoy segura de que una vez la hayáis probado repetiréis.
Ingredientes:
- 500 ml. de nata (crema de leche) para montar (35% de materia grasa)
- 120 gr. de azúcar
- 1 limón grande (la piel rallada y el zumo)
Elaboración:
En un cazo poner la nata (crema de leche) y el azúcar al fuego, removiendo para que el azúcar se disuelva, y llevar a ebullición.
Cuando empiece a hervir bajar el fuego para que no vierta por fuera del recipiente y cocer 4 ó 5 minutos. Apagar el fuego y añadir el zumo ( dependiendo del tamaño del limón 50/60 ml.) y la ralladura y revolver bien para que se integre completamente.
Dejar enfriar un poco y colocar en los recipientes de servir. Yo no lo cuelo, pero si no os gusta encontrar la ralladura de limón lo podéis colar sin problema alguno.
Salen cuatro raciones estupendas o seis más modositas.
Es un postre cremoso, delicioso y con un intenso sabor a limón ¡una delicia!
Y vosotras ¿habéis preparado alguna vez panna cotta? ¿de qué sabor?
¡Hasta pronto!