Es una de esas recetas con las que los enanos de la casa, y los no tan enanos también, se chuparán los dedos. No es ninguna novedad, pero estoy segura de que, a más de uno, le vendrá bien.
Ingredientes:
- Pechugas de pollo (dependerá de los comensales)
- Pan rallado (en mi caso con perejil)
- Harina
- Huevos (1 o 2 por pechuga)
- Sal
- Aceite de oliva
Preparación:
Lo primero que haremos, será trocear la pechuga y salar cada trocito. Después, los pasaremos por harina, huevo y el pan rallado.
En una sartén con bastante aceite, freiremos los trozos hasta que estén bien doraditos.
Sacamos a papel absorvente, para que pierdan el exceso de aceite y listos para comer.
No puede ser más simple y resultón.