Ésta es una de las recetas más fáciles que he hecho, sin necesidad de horno ni de pasar mucho tiempo en la cocina. Es fresquita y la podemos tener hecha (lo más entretenido) en el congelador y sacarla cuando la vayamos a consumir.
Ingredientes: (Según el tamaño del los recipientes 4 unidades).
100 gr de leche condensada.
150 gr de queso de untar, tipo Filadelfia o vuestro favorito.
130 gr (2 rodajas) de piña en su jugo, escurrida.
Zumo de medio limón.
Grosellas, frambuesas, hojas de menta, trocitos pequeños de piña… Para decorar. Opcional.
Almendras crocantes para poner alrededor de la semiesfera.
Preparación:
Escogemos los recipientes. He elegido unos cuencos pequeños, que no he llenado hasta el borde. Pintamos con aceite de oliva suave la base y un poco los bordes, con ayuda de una brocha (si los moldes son de silicona no es necesario). Reservamos.
En un vaso batidor echamos la piña troceada, la leche condensada, el queso y el zumo del limón. Trituramos con la batidora, que quede como una crema.
Vertemos en los moldes, tapamos con film transparente y congelamos durante 5 horas como mínimo.
El día de su consumo, desmoldamos y dejamos en la nevera hora y media (la receta original pone 3 horas) antes de servir. Decoramos a nuestro gusto y disfrutamos del postre fresquito, suave y rico.
Consejo: Como debe congelarse, lo he hecho la víspera para no llevarme sorpresas. Aunque la receta original pone que debe estar en la nevera 3 horas antes de servir, creo que con hora y media es suficiente, porque se queda demasiado blanda la semiesfera. Las frutas para decorar he puesto las que me gustan, es decir que pueden ser opcionales, pero las almendras crocantes le dan un toque muy rico.
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