Este fue uno de esos días en que no quieres hacer lo típico de siempre, te apetece inventarte un poco, aunque sea solo un poco, pero tampoco quieres acabar desperdiciando muchísimos ingredientes si sale mal, con lo que preparas un porción pequeñita, en este caso de tarta, solo para probar y ver qué pasa. Y lo que pasa es que al final te arrepientes de haber preparado una tarta taaaaan pequeña porque te queda de lujo y solo piensas en comerte otro trozo. Eso justo me pasó. Preparé un molde de esos chiquititos, que dan como para dos porciones (o alguna más pero lo que sería un trozo testimonial), para el postre, una para mi chico y otra para mí. No quería que sobrara, no quería desperdicios si no salía como esperaba, nada de nada... y al final me equivoqué, jeje! Creo que con eso os lo digo todo. Esta tartita de queso con el toquecito de los arándonos quedó rica, rica. Tengo que volver a prepararla... pero en grande! :)
Para un molde pequeñito (de 10 cm creo):
INGREDIENTES
200 gramos de queso crema (normal o bajo en grasa, da igual)
50 gramos de queso fresco batido 0%
1 huevo
45 gramos de edulcorante Sukrin (eritritol) o azúcar
1/2 vaina de vainilla
Arándanos
PREPARACIÓN
- Sencillísima de preparar, lo primero que hacemos es preparar los arándanos. Me apeteció ponerlos de dos maneras: enteros y licuados, el jugo. Así que lavamos muy bien los frutos y reservamos un puñado de ellos para después.
- El resto lo ponemos en el baso de la batidora y los trituramos. A continuación los pasamos por un colador para deshacernos de las pieles. Nos queda un jugo de color intenso precioso. Reservamos.
- En un bol mezclamos muy bien los dos tipos de queso con el edulcorante y la vainilla.
- A continuación, añadimos el huevo y seguimos mezclando hasta que quede todo homogéneo.
- Por último, añadimos los arándanos enteros y volvemos a mezclar.
- Preparamos un molde para horno, forrándolo con papel y/o engrasándolo (yo hago las dos cosas), y vertemos la mezcla en su interior.
- Añadimos entonces el jugo de arándanos por encima, poco a poco para no pasarnos, solo es un poco. Lo disponemos como nos guste (yo en modo abstracto, como veis). Metemos entonces al horno ya caliente a 160 - 170ºC durante 60 minutos más o menos. Ya sabéis, pinchad en el centro con un palillo y si sale limpio es que la tarta está lista.
- Pasado el tiempo, sacamos el molde del horno y dejamos enfriar antes de desmoldar. Refrigeramos unas horas. Yo os recomiendo que no tengáis prisa y la dejéis bastante tiempo, no solo para enfriarla bien sino para que repose y se asiente del todo. Estará aún mejor.
- Y como digo, me equivoqué con el tamaño. Tenía que haberla hecho mucho más grande porque quedó divina y nos supo a poco. Una delicia!
Qué la disfrutéis! J
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