Es normal escuchar comentarios sobre el carácter “carcinógeno” en referencia al consumo de estos animales.
A raíz de estudios realizados en otros embalses donde tradicionalmente se pesca este especimen, se observan entre otros, y de forma generalizada, presencias significativas de:
Compuestos Organoclorados
Metales Pesados, entre los que encontramos el Mercurio en niveles alarmantes
Los Compuestos Organoclorados se disuelven fácilmente en los tejidos grasos y en su mayoría presentan un marcado carácter carcinógeno.
Estos contaminantes llegan a nuestras aguas a través del uso incontrolado de pesticidas (triclorometano CHCl3, tetracloruro de carbono CCl4, DDT o sucralosa), muchos de ellos ya en desuso pero con un periodo de desintegración muy alto, y vertidos de subproductos de la industria (Dioxinas, Hidrocarburos aromáticos polinucleares, etc.).
Otros se forman por reacciones secundarias con el propio cloro utilizado para la potabilización del agua.
Cabe pues desaconsejar el consumo de estos depredadores y promover este tipo de información entre los que habitualmente, y quitándole importancia, lo promueven.