Cuando estás lejos de la persona que quieres por un periodo indefinido o prolongado de tiempo, lo que más buscas son los momentos tranquilos, relajados. Esos en los que simplemente disfrutas de la compañía. Por ejemplo, ayer en la noche antes de dormir, cuando estábamos en la cama con Fer, y el cuarto estaba calientito cuando afuera hacían 5ºC, y leímos un rato con Fixie acompañándonos y haciendo ruiditos de comodidad… Ese era un momento perfecto. De esos de los que te quieres recordar siempre porque son bonitos y felices. La clase de cosa con la que soñábamos cuando yo estaba en Colombia y él aquí, en México. La idea de poder recargarme en su hombro mientras le leía algo.
Cuando estás lejos, lo que más te hace falta no es lo fuera de lo común, lo extravagante. Lo que ansías son los pequeños momentos, el ritmo cotidiano. Como ese momento de ayer que te conté. Buscan actividades para llevar un poco de normalidad a su vida. Tratan de mantener la relación a distancia así haya días en que estén desesperanzados y se sientan solos.
Pero cuando estás cerca y tienes todos esos momentos bonitos que disfrutar y aprovechar y a los que sacarle todo el provecho… Tampoco quiere decir que la vida sea perfecta. Es difícil estar juntos después de haber estado separados tanto tiempo y es algo de lo que pocos hablan. Es casi como comenzar de nuevo, reconocer a tu pareja. Para uno de los dos, es hacer una transición de una ciudad a otra, incluso de un país a otro.
Pero es importante recordar que, con todo y eso, es la misma persona. A la que quieres. Por la que esperaste tanto tiempo. Y que vale la pena. De eso vamos a hablar hoy. De qué puedes esperar que pase cuando vuelvan a estar juntos, después de semanas o meses de separación.
1. Es normal tener idealizada alguna parte de tu pareja.
¿Sabes por qué pasa eso? Aunque hables, te escribas, intercambies fotos y hagas lo que quieras con una persona que vive en otra ciudad o en otro país, no es lo mismo que verle continuamente sus expresiones, sus hábitos y sus costumbres. Es facilísimo ignorar lo que no te gusta y exagerar lo que sí. Es una relación a distancia esto pasa seguramente más que en cualquier otra relación, por la facilidad. ¿No ves a tu pareja en meses pero intercambias mensajes bonitos y te apoya en todo lo que haces? Es normal que te la imagines como una persona perfecta.
El desorden, que es muy real y existe mientras te manda mensajes bonitos, no lo ves nunca porque la cámara no lo abarca todo. ¿Qué pasa con esto? Cuando la distancia se acaba, no es que todas las cosas buenas que le veías dejen de existir. Sin embargo, todas las otras cosas, las que tu mente había ignorado de forma muy conveniente, vuelven. Y las ves como si fuera la primera vez, gigantes, deformes y tan exageradas como diminutas lo eran cuando estabas lejos.
¿Qué hacer?
Sé consciente de esto y de que es algo que va en ambas vías: tú también dejaste atrás la perfección que tenías para tu pareja. Hablen de las cosas que no son como creían o imaginaban. Tengan conversaciones honestas de qué les está molestando y por qué, antes de que cualquier problema tome dimensiones innecesariamente grandes. No vale la pena discutir por algo que se puede prevenir.
2. Ahora es “después”: es momento de poner en práctica todo lo que dijeron.
Es hora de comenzar a trabajar otras cosas. Es, por ejemplo, el momento perfecto para poner ya en limpio todo lo que alguna vez dijeron que harían cuando por fin estuvieran juntos. Con Fer tratamos de aprovechar el tiempo, durante los meses en que no nos veíamos, para hablar de un montón de cosas. Qué esperamos de la vida y cuáles son los puntos más importantes para cada uno. Qué queremos lograr.
Pero una vez juntos, es hora de poner en práctica las que se puede. Ya no se vale decir “después”.
3. Ya no estás solo con tu pareja. Ahora, también están sus amigos, compañeros, familia… o los tuyos.
Cuando estaban lejos, se imaginaban todas las cosas que iban a hacer cuando estuvieran juntos, ¿verdad? Seguro hablaron mil veces de salir a un bar a tomarse algo, de poder ir a cine, de caminar por el parque tomados de la mano. Sé que Fer y yo lo hicimos. De lo que se habla menos, generalmente, es de cómo van a estar sus amigos continuamente en la casa, o de cómo a veces hay que ir a reuniones sociales aburridas pero que son un compromiso. Así no conozcas a nadie y no tengas de qué hablar con nadie. O puede que sea al contrario, según como hayan sido las cosas. De pronto es tu pareja la que va a llegar y va a tener que ir a reuniones familiares semanales con tu tía abuela medio sorda.
¿Qué hacer?
Antes de irte a donde está tu pareja (o antes de que ella llegue), hablen de las expectativas sociales. Sé que es un tema que nos faltó discutir más a fondo con Fer.
Por ejemplo, compromisos sociales, a quiénes ven regularmente (y qué tan regularmente), con quiénes más comparten el tiempo. Que ahora vayan a estar por fin en el mismo código postal no quiere decir que el resto del mundo deje de existir. Va a estar ahí más que nunca, porque ya no van a ser únicamente diálogos los que van a tener sino conversaciones y reuniones con mucha más gente. Prepárense y hablen de eso, sean conscientes de que estar juntos con quien quieren también es compartir a esa persona con el resto de sus relaciones.
4. Es hora de enfrentar las diferencias de verdad
Fer y yo somos de culturas muy parecidas, porque no podría decir que México y Colombia difieren tanto como lo harían Angola y Suecia, pero de todas formas tenemos diferencias. Hasta ahora, ha sido un trabajo de ir de una en una, buscando llegar a acuerdos, a puntos medios y a lo que cada uno se sienta cómodo… Pero de eso escribiré más a fondo en otra ocasión, cuando me sienta más segura al respecto. Todavía hay temas delicados para los que no hemos encontrado una solución real. Y eso es normal. No todo se resuelve a la primera y, porque estén juntos por fin, no quiere decir que todo está bien. No se desanimen y vayan de punto en punto.
Mientras están lejos, es algo más fácil ignorar las diferencias que tengan, en especial las que tienen que ver con hábitos o con tradiciones. Puede que para alguno de los dos sea fácil ceder en algún punto en particular que es muy importante para el otro. Ese sería el mundo ideal. Pero cuando se trata de un punto que, por cualquier razón, tiene mucha importancia para los dos y que ambos tienen opiniones completamente diferentes… Es ahí cuando se pone un poco más difícil. Y somos humanos: casi todos los puntos tienen mucha importancia para cada uno, y si no la tienen, no son un problema en primer lugar.
¿Qué hacer?
Háblenlo. Vean en qué aspectos pueden ceder un poco. Véanse a sí mismos y piensen por qué no pueden ceder, si es que no pueden hacerlo. Cuéntenle al otro las razones. No traten de hacer todo en un solo día… Como te comentaba, con Fer tenemos todavía diferencias que son puntos sensibles y que, aunque llevamos hablando desde hace más de un año, todavía no hemos solucionado de una forma que nos deje tranquilos a los dos.
5. La paciencia y el respeto son lo más importante.
Todos los puntos anteriores se podrían resumir solo en este. Lo más importante cuando vuelven a estar juntos es la paciencia. De eso depende todo. No es solo el amor que se tengan. O las ganas que tengan de que todo salga bien. Ni es solo que la distancia se acaba. Pero, ¿por qué la paciencia y el respeto?
Les permite des-idealizarse con calma, aceptación y amor.
Deja que vivan cada momento, sin querer apresurar los que siguen.
Les da el tiempo para resolver cada problema y cada diferencia. Le da el tiempo necesario a cada uno, sin apresurar, y valora igualmente a ambas partes. Los sentimientos, valores y tradiciones de los dos son igualmente importantes y válidos
Volver a estar juntos: un nuevo comienzo
Es posible que los primeros días o semanas que estén juntos piensen ocasionalmente “esto no es lo que esperaba”. Sin embargo, sean conscientes de que la persona de la que se enamoraron está ahí y que todos esos detalles que están viendo hasta aora forman una parte integral de ella. Todos los aspectos se complementan y, así como poco a poco tú irás cediendo en algunos aspectos, tu pareja también lo hará hasta que lleguen a un punto medio.
Y si hay aspectos que realmente te preocupan o te molestan, o personas de su entorno que no conocías y que por alguna razón te incomodan, es necesario que entables una conversación sana y abierta con tu pareja para evitar malentendidos e inconformidades mayores a futuro. No te quedes callado por pensar que así todo va a estar mejor. Hablen de todo lo que hacen y como lo hace. Comenten todos los aspectos que se les ocurran, desde cómo lavar la ropa hasta cómo hacer mercado.
Sobre todo, ¡ánimo! Lo más difícil ya pasó, se merecen ser felices ahora que están juntos