No tengo sentimientos, no hablo, no tomo decisiones. Nada
Estoy al servicio de mis humanos
Me instalaron cuando compraron este piso. Fui prioritario en sus vidas y lo sigo siendo, o eso espero
Siempre me he sentido valorado. En cualquier época me utilizan. Nunca les he dado problemas. Incluso hablan de mi con sus amigos, diría que hasta se sienten orgullosos de tenerme
El primer pensamiento, cuando llegan a casa, es para mi
En invierno les doy calor y les protejo de las inclemencias que viven fuera. En verano, les alivio de los calores y les doy un respiro
Soy perfecto para una pareja hogareña como ellos
Los he visto crecer juntos. La ilusión de los primeros meses, las reconciliaciones por enfados tontos
Son mi familia
Lo sé, lo sé, solo soy un aire acondicionado que ni siquiera debería pensar
Si fuera humano me diagnosticarían una depresión
Mis humanos venden el piso
Marchan a un piso más grande, nuevo, seguro que ya no me necesitan. Les he dado mis mejores años
¿Quién se molestaría en descolgarme y llevarme con ellos?
Se habrán comprado un aire acondicionado nuevo, moderno, de última generación, más potente, de esos que apenas de notan, con líneas armónicas, absolutamente silencioso, máxima eficiencia, respetuosos con el medio ambiente, con autolimpieza...
Con cinco años de vida cómo puedo competir con todo eso
Si me dejan aquí, me partirán el corazón. Me angustio solo de pensarlo
¿Estarán orgullosos de mi mis próximos humanos, me cambiarán los filtros periódicamente, me utilizarán todo el año? ¿Y si ni me conectan?
Y si me toca una de esas personas que no soportan los aires acondicionados, de aquellas que se les reseca las fosas nasales o tienen una garganta tan delicada que preferirán no encenderme, que dejará mi mando perdido en cualquier rincón, sin pilas, sin vida
Les oigo hacer cajas y más cajas y mi congoja va en aumento
Estos días de tanto trasiego se han olvidado por completo de mi
Y de pronto oigo a mi humana, con esa voz suya tan dulce, decir unas palabras mágicas
Habla de mi mando, dice que no recuerda en qué caja lo ha guardado
Siento tanta alegría que si pudiera me pondría a funcionar solo, levantaría mi alerón y soltaría una suave ráfaga de aire
Aliviaría su cansancio, secaría el sudor de sus frentes
Si no fuera porque pudieran pensar que ha empezado a fallar dejaría caer dos o tres gotas de agua a modo de lágrimas
Pero no puedo tentar a la suerte
Ahora solo pienso en cómo será mi nuevo hogar
PD Esta historia es fruto de mi mente trastornada por el calor
INGREDIENTES
3 manzanas
2 huevos
100 ml de leche
70 g de harina
50 g de azúcar
30 g de mantequilla blanda
1 cucharadita de levadura
La ralladura de 1 limón
1 pizca de sal
ELABORACIÓN
Batir los huevos con el azúcar hasta blanquear
Añadir la mantequilla y la ralladura de limón
Batir
Añadir la leche poco a poco, sin dejar de batir
Tamizar la harina, la levadura y la pizca de sal
Añadir la harina a la masa
Remover con una espátula con movimientos envolventes
Pelar y descorazonar las manzanas
Cortar en láminas
Añadir a la masa anterior
Mezclar con cuidado de no romper las láminas
Verter la masa en un molde alargado no muy grande
Pulverizar con spray desmoldante
Horno 35-40 a 180º, con calor arriba y abajo
Pinchar para comprobar que está hecho
Dejar enfriar en el molde
Receta adaptada de Tres Tenedores