Parece un poco raro que algo como la zanahoria y el queso puedan dar lugar a una tarta dulce, pero así es, y además está buenísima. La receta del bizcocho ya la tenéis y a continuación os pongo la del frosting de queso. Este frosting se puede usar como relleno o como decoración.
Frosting de queso:
300gr de queso cremoso para untar
150gr de azúcar molida
50gr de mantequilla.
Esencia de vainilla, una pizca
Si queremos hacer el frosting para relleno podemos sustituir la mantequilla por margarina pero si es para la decoración no os lo recomiendo ya que después de hecho y antes de decorar lo meteremos en el frigorífico donde al enfriarse se endurecerá. La mantequilla debe ser en pomada, es decir, hay que dejarla a temperatura ambiente, de manera que se pueda manejar bien. Ojo, no es derretida.
Ponemos todos lo ingredientes en un recipiente y vamos removiendo suavemente con un cuchara. No hay que usar la batidora eléctrica o quedará demasiado líquido. Y ya está, ¿fácil, no? Para el relleno de tarta os recomiendo usar directamente ya que al estar más líquido impregnará el bizcocho y no tendremos que ponerle almíbar. Si es para decorar meterlo en la nevera para que se enfríe y se endurezca un poco, como os he contado antes.
Os dejo unas fotos de la tarta. La he decorado con fondant, como vereis no desaprovecho una para seguir aprendiendo esta técnica. La he hecho con forma de zanahoria y encima le he puesto un conejo dispuesto a incarle el diente, mi primera figura echa con pasta goma. Ya sé que el tenedor no está muy bien, pero no tenía colorante metálico.