En casa es la preferida, mi hijo la adora y sueña con ella, tanto que siempre que tenemos alguna celebración la pide. Por eso ha sido la dulce estrella en el día de San Rafael.
El Red Velvet es una espectacular tarta, con un rojo que puede ir desde el más intenso hasta un tono más apagado, y decorado normalmente con un delicioso frosting de queso.
El origen de esta famosa tarta es un misterio y existen muchas leyendas, algunas de las cuales cuentan la historia de una señora que la pidió en el Hotel Waldorf Astoria y al quedar maravillada solicitó la receta al chef, que llegó a cobrarle por tan valiosa información, pero otras fuentes citan a la dueña de la cadena Eaton de Canadá como la inventora de este terciopelo rojo.
El color también se le atribuye a un error del chef, y gran cantidad de recetas que podréis encontrar, usan la remolacha como ingrediente para darle esa tonalidad tan típica de este pastel.
Venga de donde venga y sea cual sea la receta original, la realidad es que la película "Magnolias de acero" y la serie "Sexo en Nueva York" han conseguido que el Red Velvet, en versión tarta o en cupcakes, sea conocida y admirada mundialmente.
Tiene una suavidad y jugosidad muy agradable al paladar y la combinación con el frosting de queso es espectacular. A mi, personalmente, me encanta con nata montada (crema de leche), ya que es una versión menos dulce.
Recetas hay muchas, pero tras muchas pruebas y combinaciones distintas, esta es la que uso y al parecer, a la vista de lo que queda, con mucho éxito. Que se lo digan a mis amigos Carmen, Pablo y su hija...que son adictos!!!
Ingredientes bizcocho
120 ml. de aceite suave.
320 gr. de azúcar
2 huevos M
1 tsp de cacao sin azúcar (uso Valor)
4 gotas de esencia de vainilla
250 ml de buttermilk (ver receta aquí)
300 grs. de harina
1 tsp de bicarbonato
2 tsp de vinagre
1 tsp colorante rojo
Elaboración bizcocho
Hacer la buttermilk y dejar reposar
Batir el azúcar con el aceite hasta que se integren.
Sin dejar de batir, añadir los huevos uno a uno y la esencia de vainilla.
Tamizar la harina con el cacao.
Añadimos la mitad de la mezcla anterior, la buttermilk y a continuación el resto de la mezcla de harina y cacao.
En un vaso mezclamos el bicarbonato con el vinagre. En cuanto comience a burbujear agregarlo a lo anterior.
Por último, añadir el colorante y mezclar muy bien.
Engrasar el molde y hornear unos 20 minutos a 170 grados. (Este tiempo variará en función de vuestro horno y del molde, pero ya sabéis que estará listo cuando pinchéis el centro y la brocheta salga limpia)
Dejar enfriar unos 15 minutos antes de desmoldar.
Reservar hasta que se decore.
El relleno o decoración de esta deliciosa tarta, la podéis hacer como más os guste. Ya os he comentado que a mí me gusta con nata (crema de leche), pero la opción preferida de casi el 99,9% del mundo mundial es hacerla con frosting de queso. Lo sé, lo sé...soy la oveja negra que hace los dulces y prefiere lo salado!!!!
Con la receta del frosting ocurre lo mismo, hay muuuuchas versiones. La de Alma Obregón es muy buena y la he usado en cantidad de ocasiones. Pero el problema es que en Córdoba hace mucho calor y muchas de ellas no resisten estas altas temperaturas, por lo que en cuanto las sacas del frigorífico hacen "chof" y te destrozan la decoración.
Para que quede firme y aguante sea cual sea la temperatura, os dejo con mi receta que es la que uso últimamente.
Ingredientes frosting de queso
450 grs. de icing sugar.
100 grs. de mantequilla a temperatura ambiente.
4 Tbs de leche entera.
200 grs. de queso (tipo Philadelphia)
Elaboración del frosting
Tamizar el icing para que quede lo más fino posible.
Añadir la mantequilla y la leche. Batir hasta que quede perfectamente integrado.
Incorporar el queso y mezclar muy bien.
Dejarlo en el frigorífico hasta que vayáis a decorar (mínimo un par de horas)
¿Recordamos todos los pasos????
La forma en la que vayáis a decorar la tarta os la dejo a vuestra elección. Yo lo hago por capas y entre cada una pongo el frosting o la nata (crema de leche).
Hay quien usa azúcar glas para el frosting. El icing sugar hace que no notéis ni un grano de azúcar. He probado a moler el azúcar glas en la Thermomix y aún así se aprecia, así que no os recomendaría cambiar un ingrediente por otro, me resulta un pelín desagradable la sensación en boca de los granitos de azúcar cuando no están bien integrados.
El colorante influye en la intensidad del color. Hay preparados específicos para el Red Velvet, en alguna ocasión los he usado. Y marcas de colorantes...las que queráis, pero mi preferido es el Extra Red de Sugarflair que le da una intensidad especial.
Espero que me enviéis vuestras creaciones, me encantaría ver qué tal os ha salido. Pero os tendréis que dar prisa porque como os descuidéis se lo comerán antes de hacer la foto!!!
Hasta el próximo sueño!!!