Esta tarta está buenísima y es super bonita y vistosa, aunque tenemos que seguir una serie de consejos para que quede perfecta. Yo he tenido que hacer tres tartas hasta conseguir que quede perfecta. Y si veis mi video receta de la tarta red velvet sin lactosa, os ahorraréis tener que hacer tantas como yo, y os quedará bien a la primera
Lo más importante para conseguir una tarta red velvet perfecta es el colorante rojo que usemos. Es la clave para que salga bien o no. Yo al principio usaba colorantes líquidos, como base de agua o colorantes en pasta de baja calidad, que sí que tiñen la masa, pero al hornearla, perdía todo el color y el bizcocho quedaba marrón con algunas zonas rojizas.
Así que no os arriesguéis y usad un buen colorante rojo en pasta o gel de calidad cuando hagáis la red velvet. Yo uso el colorante Extra Red de Sugarflair, y con él sale el bizcocho con un rojo super intenso incluso después de horneado. Aquí os dejo el enlace para comprarlo en Amazon:
Si queréis usar colorantes naturales podéis agregar remolacha, aunque puede darle sabor a nuestra tarta red velvet. Y si usáis colorantes artificiales, no os paséis demasiado. Id probando con media cucharadita (yo me ayudo de la punta del cuchillo para ir agregando color a la masa), y si queréis un rojo más intenso id agregándole poco a poco.
Las tartas americanas, como esta red velvet cake, suelen usar buttermilk o suero de mantequilla para conseguir mayor jugosidad en el bizcocho. Pero aquí en España es difícil encontrar buttermilk. Lo que sí es muy fácil es hacerla casera, simplemente cortando leche sin lactosa con un poco de zumo de limón. Lo dejamos a temperatura ambiente, y en 10 minutos ya tendremos nuestra buttermilk sin lactosa casera o suero de mantequilla sin lactosa.
También vamos a usar, en vez de levadura o polvos de hornear, bicarbonato sódido, para hacer crecer el bizcocho en el horno. Pero vamos a activarlo con un poco de vinagre. Esto neutralizará la acidez del bizcocho y hará que suba un montón. Pero una vez que lo incorporemos a la masa no podemos dejarla reposar, hay que hornearla de momento, pues perdería el efecto.
En cuanto al frosting o cobertura para nuestra tarta red velvet sin lactosa, vamos a hacer una buttercream sin lactosa o crema de mantequilla sin lactosa y azúcar glass, con queso crema sin lactosa. Una cobertura super deliciosa que le va genial al sabor avainillado del bizcocho con cacao.
Para finalizar, podéis decorar vuestra tarta red velvet sin lactosa como queráis. Yo he dividido el bizcocho en dos capas más gruesas, pero podéis hacer tres capas más finas. Y el frosting sólo lo he puesto cubriendo la parte superior de la tarta, pero si os gusta más, podéis cubrir todos los laterales.
He usado los recortes del bizcocho rojo que quitamos al igualar la altura de los bizcochos, para rallarlos y hacerlos migas, para decorar la parte superior de la tarta. ¡Dadle ronda suelta a vuestra imaginación!
Receta tarta red velvet sin lactosa
Aquí por fin os dejo la receta de la tarta red velvet sin lactosa en versión imprimible y en video. Espero que os guste, y que haya merecido la pena jeje ¡Un besico muy fuerte a todos y todas!
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Tarta red velvet sin lactosa
La tarta red velvet o terciopelo rojo es una tarta tradicional americana, con un bizcocho de cacao y vainilla tintado de rojo intenso y un frosting de buttercream de queso sin lactosa.
Plato tartas sin lactosa
Cocina Americana
Tiempo de preparación 30 minutos
Tiempo de cocción 1 hora
Tiempo total 1 hora 30 minutos
Raciones 10 raciones
Ingredientes
Bizcocho red velvet
250 ml. leche entera sin lactosa
2 cditas. zumo de limón
2 huevos L
300 g. azúcar
300 g. harina de trigo
120 g. aceite de girasol
2 cditas. extracto de vainilla
10 g. cacao en polvo puro 0%
1 cdita. bicarbonato
2 cditas. vinagre blanco
1 pizca sal
1 cdita. colorante rojo en pasta o gel red extra
Frosting (buttercream de queso)
200 g. mantequilla sin lactosa
400 g. azúcar glass
200 g. queso crema sin lactosa
Elaboración paso a paso
Bizcocho red velvet
Preparamos la buttermilk casera añadiendo el zumo de limón a la leche sin lactosa. Removemos y la dejamos reposar a temperatura ambiente 10 minutos hasta que se corte.
En un bol, batimos los dos huevos con las varillas eléctricas un par de minutos hasta que espumen. Añadimos el azúcar y continuamos batiendo unos minutos.
Añadimos el aceite de girasol, una pizca de sal y la esencia de vainilla y seguimos batiendo un poco hasta integrar.
Añadimos la harina y el cacao puro en polvo tamizándolos sobre la mezcla y batiendo, a partir de ahora, con varillas manuales (o a velocidad baja) para no batir en exceso y no desarrollar el gluten.
Añadimos la buttermilk (la leche que ya tendremos cortada) y batimos hasta integrar la harina y que no queden grumos.
En un cuenco pequeño vertemos el vinagre sobre el bicarbonato para activarlo y lo añadimos a la mezcla, repartiéndolo bien con las varillas.
Para darle ese color rojo intenso añadimos un poco de colorante rojo en pasta y mezclamos bien (podemos ir añadiendo hasta conseguir la intensidad deseada) Es importante utilizar un colorante en pasta de calidad (como el Red Extra de Sugarflair). Con otros colorantes líquidos la masa perderá el color al hornear.
Vertemos la masa en el molde de 20 cm. (o moldes) ya engrasados y lo llevamos al horno precalentado a 170ºC. Si lo dividimos en dos moldes, con unos 25-27 minutos estará listo. Si lo hacemos en un molde necesitaremos unos 60 o 65 minutos. Probar con un palito hasta que salga limpio.
Dejamos el bizcocho entibiar antes de cortarlo en dos o tres capas (depende de vuestras preferencias en el grosor de las capas)
Frosting (buttercream de queso)
Ponemos en un bol la mantequilla a temperatura ambiente y la batimos con la pala mezcladora unos minutos hasta hacerla pomada.
Añadimos el azúcar glass tamizándolo para que no haya grumos. Comenzamos mezclando a baja velocidad para no formar una nube de azúcar y continuamos batiendo a máxima velocidad 5 minutos hasta que el azúcar quede totalmente integrado y no se note.
Agregamos el queso crema y continuamos batiendo un par de minutos hasta integrarlo completamente y tener el frosting listo.
Con la ayuda de una manga pastelera, cubrimos la primera capa de bizcocho con el frosting haciendo una espiral, para que quede nivelado en altura.
Ponemos encima la capa superior de bizcocho (con la base hacia arriba que está más recta) y la cubrimos de otra capa de frosting, esta vez decorando libremente (o bien alisándo el frosting por arriba y por los lados, o bien dejando los lados sin cubrir y poniendo solo por arriba en modo rústico)
Con los recortes del bizcocho que habían sobrado, los rallamos haciendo migas pequeñas con el rallador. Espolvoreamos estas migas decorando nuestra tarta por el contorno, por toda la superficie o incluso por los laterales. La decoración es libre
Notas
Lo más importante de esta receta es usar un colorante en gel de buena calidad, como el Red Extra de Sugarflair. Usando otros colorantes líquidos, el color se pierde al hornear el bizcocho y queda marrón.