En esta ocasión se me estropeó la batidora amasadora cuando estaba elaborando la buttercream, así que tuve que terminarla a mano y no pude hacer más cantidad para poder hacer una decoración más bonita, ni hacer un relleno más grueso, pero bueno, al final quedó bastante bien y de sabor un 10. Como no tenía moldes de layer cake, he usado tres moldes desechables de aluminio del Mercadona de 18 cm que si los tratas bien los puedes reutilizar. Los bizcochos es conveniente hacerlos el día de antes para que se asiente más el sabor. La receta es de Alma Obregón tomada prestada del blog "la cocina de Morilands" y a pesar de que te dice que tienes que preparar dos porciones de crema yo sólo puede preparar una ante el fallecimiento imprevisto de mi batidora-amasadora y el resultado es también bueno.
Ahora vamos con su historia:
La tarta terciopelo rojo o red velvet es un dulce típico del sur de Estados Unidos que se puede encontrar en casi todas las buenas pastelerías del país. Este pastel llama la atención por su intenso color rojo.
En sus inicios se conseguía por la oxidación producida por la interacción de sus ingredientes, pero durante la escasez de la II Guerra Mundial, los cocineros empezaron a añadirle colorantes. El hotel Waldorf Astoria de Nueva York la servía como una de sus exquisiteces. Cuenta la leyenda que una clienta quedó extasiada con el pastel y pidió la receta. Semanas después le llegó una carta con la receta acompañada de una factura de 300 dólares por revelar el secreto. Entonces la señora decidió amortizar la inversión revelando la receta a todas las personas que pudo, y que de ahí surgió su popularización. Quizás gracias a esa dama anónima ahora puedo revelarte el secreto de este delicioso pastel.
No hemos tenido la suerte de estar en NY para probarla en el hotel Waldorf Astoria, pero en nuestro periplo por la costa Oeste pudimos dar buena cuenta de este manjar en una preciosa tienda del pueblo de Carmel (cerca de San Francisco, que como curiosidad tuvo de alcalde a Clint Eastwood), llamada Cottage of sweets. Allí la comimos en una especie de minitarta-caramelo, un híbrido bastante extraño pero muy bueno, que nos dio pie a conocer esta exquisitez, aunque no fuera en su forma más común.
Cottage of sweets, en Carmel, un paraíso de las chucherías
Y ahora sí, nos ponemos delantales y ¡ a cocinar!
Ingredientes
Para el bizcocho:
120 ml de aceite de oliva suave.Yo usé de girasol.
320 gr de azúcar.
2 huevos.
2 cucharadas rasas de cacao sin azúcar.
1 cucharadita de colorante rojo en pasta.
3 cucharaditas de extracto de vainilla.
250 ml de leche.
2 cucharaditas de zumo de limón.
300 gr de harina.
1 cucharadita de bicarbonato de soda.
2 cucharaditas de vinagre blanco.
Para la crema de relleno y cobertura ( preparar dos porciones)
125 gr de mantequilla a tª ambiente.
300 gr de azúcar glas.
125 gr de queso crema (no light).
3 cucharadas de leche.
Preparación
Preparación del bizcocho
En primer lugar preparamos el buttermilk , para ello ponemos la leche en un vaso y añadimos el zumo de limón. Dejamos reposar 8 minutos. No os preocupéis si la leche parece que se corta es como tiene que quedar.
Engrasamos y enharinamos los moldes.
Precalentamos el horno a 180ºC calor arriba y abajo.
Tamizamos la harina con el cacao en polvo. Reservamos.
Batimos el aceite, azúcar y huevos hasta que estén bien integrados. A velocidad baja, continuamos batiendo y vamos añadiendo la mezcla de harina con cacao alternándola con la leche. Mezclamos en un vasito el bicarbonato de soda con el vinagre y cuando burbujee lo incorporamos a la mezcla. Batimos a velocidad baja hasta que la mezcla sea homogénea.
Agregamos ahora el colorante rojo y el extracto de vainilla y continuamos batiendo para integrarlo todo bien.
Repartimos la mezcla en los tres moldes de manera que haya la misma cantidad en cada uno de ellos (yo pesé la masa)
Introducimos en el horno durante 30 minutos aproximadamente hasta comprobar que están bien cocidos pinchando con un palillo o cuando compruebes que se han separado del molde por los laterales.
Una vez templados, desmoldamos sobre una rejilla y dejamos enfriar por completo.
Envolvemos en film y metemos en la nevera hasta el día siguiente.
Preparación de la crema:
Tamizamos el azúcar glas en un bol grande y vierte sobre éste la mantequilla que deberá estar a temperatura ambiente. Batimos a velocidad máxima hasta que se integre bien la mezcla.
Vamos incorporando la leche conforme está batiéndose. Cuando la mezcla esté blanca y esponjosa, añadimos el queso de una vez. Batimos primero a velocidad baja durante 1 minuto aproximadamente y a continuación subimos la velocidad al máximo y continuamos batiendo hasta conseguir una crema con consistencia.
Montaje de la tarta:
Igualamos los bizcochos con un cuchillo afilado y fijamos uno de ellos con un poco de crema sobre la base que vayamos a montar la tarta, vamos rellenando y poniendo un bizcocho sobre otro.
Cubrimos nuestra tarta con una capa de crema " la capa recoge migas" que ha de ser finita y metemos en la nevera 30 minutos.
Volvemos a cubrir con una nueva capa de relleno alisando bien con ayuda de una espátula y decoramos al gusto. Yo lo decoré con migas de bizcocho.
La tarta está mejor al día siguiente. Espero que os guste.