No encuentro palabras suficientes para agredecer vuestra fidelidad y amistad incondicional en esta andadura de cinco años.
Ser blogger ya no está de moda. Tuvo su boom allá por el dos mil y pico y de ahí salieron cocinas que han sido un referente para muchos de nosotros.
Ahora la tendencia marca otro camino y cada vez quedamos menos, pero los que quedamos formamos una pequeña gran familia en la que las ausencias se notan y llegan a pesar.
Soy muy afortunada de contar con vosotros en esta aventura. Aprendo, crezco, evoluciono, río, lloro y me emociono con cada una de vuestras entradas, de vuestras visitas y de vuestros comentarios.
Quien no lo vive no lo entiende. Yo misma no lo creeria si no lo viviera en carnes propias.
Quiero daros las gracias por continuar a mi lado, por pasar cada jueves por mi cocina y por las palabras que me dedicáis cada semana.
Agradeceros que hayáis vuelto tras cada uno de mis parones por maternidad dando sentido al esfuerzo por llevarlo todo hacia delante y haciendo que la satisfacción sea infinitamente mayor que el trabajo que hay detrás para llegar cada jueves a nuestro encuentro.
Faltan pocos días para que acabe 2019. Para mí ha sido un bonito año, no podía ser menos con la llegada de una nueva bebé a casa, pero estoy deseando ver qué nos depara el 2020 y esta década que se las podía prometer tan felices como lo fue la del siglo pasado ¿no os parece?
Desde aquí quiero brindar virtualmente con vosotros y mandaros mis mejores deseos. No necesitamos de grandes cosas para ser felices, a nosotros nos basta con buenos momentos, que es lo que le pido a este nuevo año para todos.
Espero que tengáis una bonita despedida y una mejor entrada en 2020. Nos vemos de nuevo el día 2 ¡hay que retomar las buenas costumbres cuanto antes! ¡no vaya a faltarnos tiempo!