Además de todos estos criterios es interesante considerar también la anatomía del cochinillo. ¿Qué partes son más sabrosas? ¿Qué parte nos gusta más a nosotros? ¿Y a ti? ¿Cómo elegimos, cuando vamos a un restaurante, la parte que más nos gusta? Pues de eso, hablaremos hoy.
Cuarto delantero:
El cochinillo se divide en cuatro cuartos (a veces algo más dependiendo de si el cochinillo es un poco más grande, dentro del paso estipulado) más la cabeza. Los cuartos delanteros son los cuartos que incluyen las patas delanteras, lógicamente. Estos cuartos son carnosos y comprenden además las costillas del cochinillo.
Cuarto trasero:
Son los cuartos más carnosos del cochinillo, de hecho, en el cerdo, es la parte de la que se extrae la pata del jamón serrano.
Cabeza:
Es uno de los grandes manjares del cochinillo y normalmente a las personas que les gusta, viene siendo su parte favorita. De esta parte se comen los sesos, el morro, la lengua, la cortecita… no puedo negar que a mí me encanta.
Patas:
Al que le guste rebañar, las patas del cochinillo son ideales para ello. Tienen menos carne pero la mezcla de la carne y la cortecita las hacen deliciosas.
Otros:
Rabito: el rabito del cochinillo es como comer un torreznillo, una corteza crujiente y deliciosa.
Riñones: el cochinillo se prepara para asar en canal eviscerada (sin vísceras). Aún teniendo esto en cuenta partes como los riñones se conservan durante el asado. No es que sean determinantes en el resultado del asado pero son pequeños manjares que te encuentras por casualidad entre la carne mientras te deleitas con un buen asado .
Orejas: como el rabito son deliciosas y crujientes como cortezas y torreznitos ¡pero más naturales si cabe!