Aunque cada vez me gusta más viajar y conocer la cultura de los paises que visito a través de su gastronomía, las recetas de siempre y que van unidas a nuestra tradición, se han convertido para mi en un verdadero placer a la hora de ponerme el delantal en mi día a día.
El cordero es una de las carnes más sabrosas y tiernas de nuestra gastronomía, culturalmente viene acompañando la historia del hombre desde hace 9.000 años, y dependiendo de su situación geográfica, con sabores de lo más diferentes y variados. Esta receta proviene del mundo árabe instalado durante siglos en nuestro país de ahí la cantidad de matices propios de la cocina de ésta cultura.
En mi casa, el cordero siempre ha estado unido a las celebraciones familiares, desde niña recuerda a mi madre cuando se acercaban éstas fechas, pensando en el menú que preparar en Navidad donde nunca podía faltar el cordero, auténtico manjar entre sus manos, que ella preparaba de mil maneras distintas para disfrute de mis hermanos y mía.
Por eso cuando desde Claudia&Julia me propusieron colaborar con ellos, lo primero que me vino a la memoria fue la cocina de mi madre y el chup-chup de todos sus guisos y ¿qué mejor que una cocotte Le Creuset para conseguir ese chup-chup y esas carnes tan tiernas y sabrosas a fuego lento?
Con ella he vuelto a mis orígenes, he redescubierto un mundo nuevo donde el hierro es el protagonista en mi cocina, es por eso que me encanta cocinar con las cocottes Le Creuset, me gusta su diseño, como transmiten el calor a los guisos repartiéndolo de manera uniforme y constante, su versatilidad ya que se adaptan a todo tipo de fuegos incluido el horno, además admiten tanto el lavavajillas como el congelador. En fin... no en vano llevan mas de 80 años fabricándose. ¿Os las vais a perder?
Si queréis ver la receta completa pinchar AQUÍ