Hoy vengo con un aperitivo que dedicando 15 minutos podremos poner en la mesa un plato digno de un buen cocinillas.
Yo he usado Gorgonzola, pero podéis cambiarlo por el queso que más os guste aunque yo usaría alguno de carácter fuerte que predominara su sabor. Los trocitos de nueces le dan un toque riquísimo y algo que le suma muchos puntos es que puedes hacerlo con antelación y así tener tiempo para otros platos.
Mi consejo es que compréis unas tostaditas de pasas para acabar de hacerlo perfecto, y poner una mermelada como la de pimientos que publiqué la semana pasada al lado. Así quien quiera puede poner un poquito.
INGREDIENTES
150gr de gorgonzola a temperatura ambiente
200ml nata (crema de leche) para montar
50 gr nueces
1/2 cebolla
30gr mantequilla
Sal, pimienta, nuez moscada
ELABORACION
En una sartén sin aceite ni grasa tostamos las nueces, el punto és de vuestra elección. A mí me gustan muy tostadas.
Una vez tostadas las picamos a trocitos pequeños y reservamos.
Pochamos la cebolla rallada o muy picadita en la mantequilla a fuego suave con cuidado que no se nos queme. Escurrimos la cebolla de los restos de mantequilla que nos queden y reservamos.
En un cazo a fuego muy suave ponemos la nata (crema de leche) a hervir. Es importante que el fuego esté al mínimo para que no suba hacia arriba y acabe en desastre. Ha de reducir a la mitad.
Ya tenemos todo listo, en un plato chafamos con un tenedor el queso, añadimos la cebolla, la nata (crema de leche).
Sazonamos al gusto con sal, pimienta y una pizca de nuez moscada.
Por último añadiremos los trocitos de nuez.
Lo ponemos en una copa bonita o bol. Dejamos reposar en la nevera un mínimo de 3 horas para que coja cuerpo.
Sacaremos de la nevera un rato antes de servir para que se atempere.