Tenía muchísimas ganas de publicar una receta de bica, es un bizcocho suave, delicado y perfecto para desayunos y meriendas.
No contiene levadura, pero al llevar claras montadas a punto merengue mezcladas con la nata (crema de leche) hace que sea como un algodón al comerla, y con el toque de la manzana y el crujiente de las nueces la hacen más perfecta aún si cabe.
La receta se la he tomado prestada a mi querida Carmen, de las recetas de Tía Alia. Un blog imperdible en todos sus aspectos, yo le tengo un especial cariño ya que como yo le hace un homenaje a su tía y a su cocina.
Bueno, a estas alturas...quien no la conoce?
INGREDIENTES
8 claras de huevo a temperatura ambiente
350 ml nata (crema de leche) para montar
350 gr harina
400 gr azúcar+ para espolvorear
2 manzanas
150 gr de nueces
ELABORACIÓN
Pelamos la manzana y la laminamos (yo lo hago como las patatas para hacer tortilla) y troceamos las nueces al gusto.
Montamos la nata (crema de leche) bien fría, ojo no os paséis de tiempo o se os cortará.
Montamos las claras a punto de nieve, momento en el que sin dejar de batir iremos añadiendo el azúcar poco a poco hasta que nos resulte un merengue brillante y suave.
Añadimos a las claras la harina tamizada, en tres veces y con una espátula haciendo movimientos envolventes. Este punto es importante, no lo hagáis con varillas ya que no queremos que la mezcla se nos baje.
Integramos la nata (crema de leche) poco a poco de la misma manera, suavemente.
Añadimos los trocitos de manzana y las nueces troceadas. Incorporamos con cuidado.
Engrasamos un molde grandote, disponemos la masa y espolvoreamos azúcar para que nos quede una rica superficie crujiente.
Horneamos con calor arriba y abajo a 180º, alrededor de una hora. Comprobad ya que varía según el horno.