Las infusiones son naturales y siempre serán mucho más beneficiosas para el organismo que otras bebidas artificiales que, además, pueden tener gas y otros aditivos nada recomendables. La opción más sana y que contribuye de forma probada a que nos sintamos mejor, es la toma de infusiones. Las propiedades medicinales de algunas plantas pueden ser aprovechadas en invierno con una reconfortante infusión caliente y con una refrescante y fría en verano.
Desde la Antigüedad
En el pasado, se tomaba directamente de la naturaleza los remedios indicados en el tratamiento contra las enfermedades. Los progresos químicos y los descubrimientos científicos ofrecen hoy en día al ser humano soluciones a un gran número de dolencias, tanto leves como graves. Estos beneficios que hemos conseguido gracias a la experimentación y a la investigación han dejado en un segundo plano a costumbres ancestrales que nos ponían en relación con el entorno natural por medio del uso medicinal de las plantas.El peso mágico que siempre ha rodeado a la utilización de las plantas, ha hecho que muchos pongan en duda y desconfíen de su brillante utilidad medicinal. Pero lo cierto es que en las hierbas medicinales podemos hallar una saludable alternativa a los fármacos, siempre que los motivos por los que las hemos elegido sean de poca consideración, dejando el tratamiento de males severos en manos de un profesional de la medicina.
Si deseamos adentrarnos en el aromático y agradable mundo de las infusiones, es esencial que acudamos a un establecimiento especializado o herbolario donde un experto nos recomiende y aconseje. Una vez adquiramos conocimientos suficientes, seremos capaces de plantar las hierbas que más nos gusten y cultivarlas en nuestro propio jardín para consumirlas frescas o secas. Igualmente, podemos recogerlas si las encontramos en estado silvestre, pero sólo cuando tengamos un dominio amplio de las mismas.
Infusiones y cocimientos
Para preparar remedios con plantas, es preferible el uso de recipientes de acero inoxidable, vidrio o cerámica frente al aluminio. Al mezclar las hierbas con el agua, emplearemos cucharas de madera mientras que los coladores estarán realizados en nylon o plástico. Conservar el sabor original de los preparados es más efectivo cuando se utiliza cristal que cuando se conserva en jarras de plástico. Debemos etiquetar los preparados y tener en cuanta que las dosis permitidas irán en función de la edad.Lo más usual a la hora de aprovechar las capacidades de las plantas, es tomarlas en infusión. Estas bebidas pueden tener como ingrediente varias hierbas que sean compatibles y que combinen su acción. Para preparar una infusión, únicamente debemos colocar las hierbas elegidas en una taza y verter agua muy caliente. Las hierbas pueden ir sueltas o en las prácticas bolsitas o utensilios que podemos adquirir para luego no tener que colar la mezcla.
Es fundamental que dejemos reposar el contenido de la taza entre unos cinco y diez minutos para que las hierbas, al entrar en contacto con el agua caliente, puedan soltar toda su esencia. Las hierbas secas están más concentradas, así que doblaremos la cantidad cuando preparemos una infusión con hierbas frescas. Lo normal es una cucharada seca por dos frescas por taza y no exceder de las 3-4 infusiones por día.
Si hemos preparado cantidad de sobra, guardaremos la bebida en una jarra. Debemos meter el recipiente tapado en el frigorífico y consumirlo en un plazo máximo de un día. También podemos conservar hasta dos días de esta misma forma el líquido sobrante del cocimiento; otra de las maneras de degustar las hierbas. Sólo tenemos que meter la planta en agua fría y hacer que hierva. En el cocimiento se utilizan las raíces, corteza y otras partes más duras de la planta. El tiempo estimado de cocción es de media hora a fuego lento mientras que las cantidades son 20 grs. de hierba seca o 40 grs. de fresca por cada 750 ml. de agua que se reducirá hasta el medio litro al hervir.
Jarabes y maceración
Además de la infusión y el cocimiento, se pueden extraer y aprovechar las capacidades medicinales de las plantas por medio de la preparación de jarabes. Si utilizamos como base una infusión, ésta deberá reposar 15 minutos mientras que el cocimiento ha tenido que estar 30 minutos en el fuego. También podemos aprovechar el sobrante que hemos conservado en jarras y así no se echará a perder.El líquido, una vez colado si se prepara por primera vez, debe verterse en un cazo. Se le añadirá miel o azúcar para preparar el jarabe, sin dejar de remover hasta que adquiera la consistencia adecuada. Una vez frío, lo mejor es conservarlo en tarros de cristal tapados con corcho en un sitio oscuro y libre de humedades por un tiempo máximo de 3 meses. La equivalencia recomendada son 500 ml. de infusión o cocimiento por 500 grs. de miel o azúcar. No excederemos las 2 cucharaditas, tres veces al día.
Otra técnica que consigue aprovechar mucho más los principios activos de cualquier planta, es la maceración en frío. En un recipiente hay que echar 25 grs. de hierba seca y medio litro de agua fría. Hay que permitir que repose toda la noche para colarlo al día siguiente y empezar a disfrutar de este delicioso elixir. Para usar las plantas de forma tópica, podemos hacer lociones que aplicaremos con paños o enjuagues utilizando el líquido de cocimientos o de infusiones. En la cocina, podemos dar un toque de sabor a las salsas y guisos incorporando a la comida las hierbas en infusión en vez de en su forma seca o fresca.