Además de platos salados, el cuscús permite preparar dulces muy originales. Combina con casi todo: con hortalizas picaditas, con legumbres, con frutos secos y ¡con frutas! Esta receta es muy nutritiva, exquisita y fácil de preparar. Os dejo con ella.
Ingredientes (4 raciones)
75 g de cuscús integral precocido
600 ml de leche de avena
2 huevos
2 manzanas medianas
1 puñado de pasas de Corinto
6 dátiles
Mermelada de arándanos para cubrir el fondo de los moldes
100 g de grosellas o frutos rojos
Modo de preparación
- En una cazuela, pon a hervir 400 ml de leche de avena junto con las pasas y añade el cuscús. Remueve, retira del fuego, tapa y deja reposar.
- Pela las manzanas y córtalas a daditos. Trocea los dátiles. En un recipiente amplio, mezcla las frutas con el cuscús y los huevos batidos.
- Reparte la mermelada de arándanos en los moldes de budín (4 individuales o uno tamaño grande). Rellena con la mezcla e introduce en el horno precalentado 25-30 min a 180ºC. Deja enfriar.
- Tritura el resto de la leche con las grosellas (reserva alguna para decorar), cuela.
- Desmolda los budines, sirve con la salsa de grosellas y decora con las que habías reservado.
¡Ideal tanto templado como frío!
Comentario dietético
El cuscús es un derivado de la sémola de trigo, a diferencia de lo que muchas personas piensan no es un grano como el arroz o el maíz, sino un tipo de "pasta". Tiene una composición nutricional muy similar a los fideos. Es una gran fuente energética por su riqueza en hidratos de carbono, ya sabéis que el trigo y sus derivados son alimentos que están en la base de nuestra Pirámide de la Alimentación Saludable. Si lo consumimos integral como en esta receta, nos quedamos con toda su fibra y su riqueza en vitaminas y minerales.
Al cuscús le sumamos la proteína del huevo y las propiedades nutritivas de la leche de avena, rica en fibra y muy beneficiosa a nivel cardiovascular y digestivo. Y, qué decir de la otra estrella de la receta, la fruta. Más fibra, azúcares y un cóctel de vitaminas y minerales. Las frutas secas, uvas y dátiles, pierden el agua de su composición, lo que les permite concentrar estos nutrientes de la fruta fresca. Además, los arándanos y grosellas destacan por tener un enorme poder antioxidante.
¡Espero haberos convencido, nos vemos en la cocina!