Quienes adoramos la cocina casera muchas veces no podemos evitar determinados alimentos industrializados, debido a su practicidad.
Siempre fui una gran usuaria de pastillas de caldo caseras, ya que, aparte de aportar sabor a las comidas, solucionan el tema de tener caldo a mano...
¡imagínense si tuviéramos que hacer un caldo para cada arroz, cada salsa que lleva caldo! A su vez, el caldo es incómodo de conservar: ocupa mucho lugar en el congelador. De modo que las pastillas de caldo caseras me solucionaban un problema.
Un día, leyendo los ingredientes que éstas pastillas de caldo caseras llevan, me di cuenta que tenían solo un 5% de verdura real. Fue así que empecé a buscar una alternativa más natural (pero igual de cómoda), para estas pastillas de sabor.
Esta es la receta que adopté para siempre en mi casa. La hago más o menos cada 4-6 meses. He solucionado el tema, como más sano (no hay conservantes, colorantes y tienen mucha menos sal), tengo espacio en el congelador y un caldo real siempre disponible.
El que me vuelve loca en el video es mi hijo... no dejen de verlo.
Algunas aclaraciones:
**Yo lo hago de verduras, pero si lo quieres de carne o pollo, basta con seguir el mismo proceso, agregando una parte de carne o pollo (por ejemplo, en lugar de 1kg. de verdura, ponemos 3/4kg. de verdura surtida y 1/4 de carne picada o pollo).
**Sobre la cantidad de sal: yo lo utilizo así, porque es la forma más parecida de hacerlos a los que compramos en el súper. Igual tienen mucha menos sal y hay que pensar que se utilizan porciones muy muy pequeñas porque es concentrado. Si decidís hacerlo sin sal, o con mucha menos sal, se puede. Pero hay que tener en cuenta que se congelará y no podremos coger de a cucharas, así que recomiendo ponerlo en una cubetera o separarlo de alguna manera en porciones.
Espero les sea tan útil como a mí. ¡Hasta la próxima! Y cuéntenme si lo hicieron.
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El programa empezó así de tranquilo.
Y terminó así de caótico.
En el medio, Coco saludó a su hermana por llegar.