Cuando vamos al mercado vemos que hay diferentes tipos y, lo que no sabemos, es que cada uno tiene su uso. En la mayoría de las ocasiones lo que hacemos es coger ‘las de siempre’ o ‘las más baratas’. Hoy te voy a enseñar cómo utilizar cada una para sacarle el máximo partido, ¡prepárate para darle un vuelvo de sabor a tus platos!
Del primer tipo que vamos a hablar son las cebollas blancas, las de toda la vida. Son recomendadas para freír y caramelizar. Puedes probar a ponerlas en las sopas o caramelizadas en las hamburguesas, ¡verás que diferencia!
Las siguientes son las cebollas rojas. Suelen ser de tamaño mediano a grande y se usan como decoración básicamente. Lo más normal es cocinarlas levemente junto con otros ingredientes y ponerlas como guarnición.
Las cebollas dulces son el tercer tipo que existen. Tienen un sabor dulce y se utilizan en las ensaladas. Son más recomendadas éstas que las primeras en estos platos porque no tienen un sabor fuerte que eclipse al del resto de los ingredientes, sino que les da un leve toque de sabor.
Por último, tenemos las cebollas grano que utilizamos en los guisos. Son perfectas para acompañar a las lentejas.
¿Conocías los diferentes tipos y sus usos? Seguro que ahora, cuando vayas al mercado miras a las cebollas con otros ojos y, sobre todo, piensas con más criterio cuál quieres llevarte.