Las verduras son un elemento fundamental dentro de la pirámide alimentaria y las coles son una alternativa sana que debemos tener en cuenta en nuestra dieta diaria. Dentro del grupo de las coles, la coliflor es una de las más consumidas en todo el planeta.
La parte comestible es la inflorescencia -parte de las flores- que es de color blanco o crema, según la variedad. Se cree que procede del Mediterráneo Oriental -Asia Menor, Líbano y Siria- y después de extenderse por Europa en el siglo XVI, hoy ya se cultiva por todo el mundo.
Respecto a sus propiedades nutricionales, es un producto rico en calcio, que permite el desarrollo óseo, fósforo, indispensable para que los músculos trabajen bien y hierro, necesario para la producción de hemoglobina y evitar la anemia. Tiene importantes cantidades de fibra, que facilita la acción intestinal, aunque no siempre se digiere fácilmente.
Asimismo, posee un alto valor vitamínico, sobre todo vitaminas C y E, que serán toda una ayuda en estados de carencias nutricionales. Este vegetal tiene muy poco aporte calórico -tan solo cuarenta kilocalorías por cada cien gramos- , por lo que es un alimento apropiado para las dietas.
Un producto con variedad
Aunque al consumidor pueda parecerle que sólo existe un tipo de coliflor, lo cierto es que existen muchos tipos, entre ellas:-Chieftain: tiene la densidad apropiada para que esté bien apretada, garantía de su calidad.
-Cumberland: posee una cabeza grande de buena calidad.
-Guardian: tiene una calidad excelente, con buen color.
-Minuteman: peso adecuado y muy uniforme.
-Ravella: con buena densidad y tiene la ventaja de que madura pronto.
-Rushmore: se caracteriza por tener una cabeza grande y de buen sabor y textura.
-Snowball: con la cabeza blanca es apropiada para venta en mercado.
A la hora de comprarla es importante fijarse en la dureza -deben estar bien apretadas- y en el color, preferiblemente blanco.
Una coliflor especial en la Rioja Baja
Esta verdura tiene una Identificación Geográfica Protegida (IPE): la coliflor de Calahorra. El cultivo en la zona se remonta hasta 1846, cuando citas históricas hacen ya referencia a su producción. Se cultiva en la Rioja Baja, cuya población más destacada es Calahorra, y en el municipio de Alcanadre, que pertenece a la Rioja Media. La IPE se aprobó de forma temporal en marzo de 2003.
La delimitación se ha efectuado por razones culturales, aunque principalmente geográficas y agrícolas, ya que en el entorno se da un microclima templado y húmedo -por la cercanía de los ríos Ebro y Cidacos-, necesario para el crecimiento de la col. Asimismo existen suelos bien drenados y con nutrientes apropiados y se mantienen unos cuidados que son garantía de su calidad, dada la experiencia de los agricultores de la zona. Estas condiciones permiten un crecimiento lento y proporcionan a la coliflor el tamaño adecuado -mínimo 11 cm. de diámetro-, que sea compacta y aportan un color crema o blanco único.
La recolección se realiza cuando el vegetal está maduro, de forma manual y rápida, para obtener una mayor calidad. Es la zona de mayor producción nacional, con un 25 % del total, y con coliflores sólo indicadas para consumir frescas, no para uso industrial. En Calahorra se cultivan distintas especies, para escalonar su producción.
Para garantizar la buena calidad de su producto, en la Rioja Baja se creó la Asociación de Productores y Comercializadores, formada por seis centrales hortofrutícolas. La IPE se concede una vez revisadas las condiciones y calidad tanto del terreno donde se cultiva la coliflor como del producto final.
Formas de cocinarla
Lo más habitual es hervirla. Para una mejor cocción, es recomendable separar los ramitos y, si se quiere acentuar el color blanco, se puede añadir un chorro de leche. Además, como posee cierta proporción de azufre, despide un olor característico al cocinarla, que puede ser desagradable; por ello, conviene taparla mientras cuece y añadirle un trozo de miga de pan.
Si no consumimos la col entera, puede estropearse. Una solución para todos los alimentos es la congelación, y la coliflor no es una excepción. Si se hierve durante tres minutos y luego se enfría, puede conservarse bien en el congelador y podremos cocinarla sin problemas en el futuro.
Existen múltiples formas de guisarla, desde cocida, añadiendo aceite y vinagre o mahonesa, hasta al ajo arriero, rebozadas o con bechamel. Además se puede añadir como complemento a ensaladas, carnes y, cómo no, hacer cremas y purés.
Recetas con coliflor
Paella de chopitos con verdurasEnsalada de pescado y coliflor
Coliflor con parmesano y bacon
Ensalada de coliflor y zanahoria
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