Numerosos estudios, sobre todo en niños y adolescentes, han demostrado que no desayunar, en vez de ayudar a adelgazar, produce tendencia a la obesidad. La causa no es otra que, al haber transcurrido varias horas en ayunas, a media mañana el cuerpo necesita nutrientes, y la sensación de debilidad nos hace tomar alimentos ricos en grasas que no son recomendables en una alimentación equilibrada.
El desayuno es importante para todos, ya que el cuerpo no aguanta en óptimas condiciones más de 12 horas sin recibir ningún tipo de alimento. Además, está comprobado que llegar al trabajo o a la escuela con el estómago lleno repercute positivamente en la atención que se presta a las actividades matutinas.
Ingredientes en el desayuno a diario
La variedad de alimentos que son apropiados para tomarlos a primera hora del día es tan extensa que permite múltiples combinaciones:Leche: entera, semidesnatada, desnatada o en polvo. Este componente principal del desayuno nos aporta calcio, fundamental para el crecimiento y mantenimiento de los huesos, por lo que es importante especialmente para niños, que aún no han terminado su desarrollo, y ancianos, que suelen padecer osteoporosis. Asimismo encontramos en el mercado esta bebida enriquecida con calcio, omega 3 o flúor. Los vegetarianos o a los que no les guste este producto pueden optar por las bebidas de soja, ricas en proteínas.
Frutas: suponen un gran aporte de vitaminas y fibra. También se pueden consumir en zumos.
Cereales: en el mercado encontramos desde copos de maíz hasta trigo inflado con chocolate o muesli con frutas. Con su alto contenido en hidratos de carbono, son los principales proveedores de energía al instante para el organismo. Además, con ellos se elaboran las galletas y el pan, entre los que también encontramos una amplísima variedad, y que podemos acompañar con margarina o mantequilla y mermeladas.
Bollería: hemos de consumirla de producción casera, ya que la industrial contiene demasiadas grasas, que inducirán a la obesidad y aumentarán los niveles de colesterol.
Embutidos: constituyen una fuente de proteínas en la primera comida del día. Sin embargo, no debemos abusar de ellos dada su cantidad de grasas.
Huevos: una costumbre poco extendida en España es incluir tortillas o huevos revueltos en el desayuno, algo bastante habitual es otros países. Contienen proteínas, indispensables para la formación de las células y de los tejidos.
Ideas para perder peso
Aunque los desayunos han de ser completos, tendremos que prestar atención a las grasas y al aporte calórico. La solución no es prescindir de la primera comida del día, sino sustituir algunos de sus elementos. Por ejemplo, la leche se tomará desnatada y las galletas o cereales serán integrales, ya que contienen fibra, que mejora el tránsito intestinal y produce sensación de saciedad. La bollería industrial está prohibida en las dietas.No se añadirá azúcar a los zumos, en la leche se utilizará la sacarina y se evitarán los embutidos como complemento, pudiendo reemplazarlos por fiambres más ligeros como el jamón cocido o el pavo. Además, se sustituirá la bollería por fruta, mucho más saludable y con un menor aporte calórico.
El yogur desnatado es otra de las opciones que se pueden incluir; de sabores o con trozos de fruta o cereales constituyen un alimento completo para no aumentar el peso.
Desayunos del mundo
Aunque lo más habitual en España es tomar un vaso de leche con café; o cacao y unas simples galletas, la gastronomía regional nos deja una amplia oferta como el pan con aceite de oliva, los churros o las ensaimadas de Mallorca.En Francia, el desayuno está compuesto por café con leche, tostadas hechas con baguette y cruasanes. Los desayunos ingleses y americanos son más completos, ya que incluyen leche, con café o cacao, té, cereales, bollería, embutidos y huevos revueltos, fritos o en tortilla. En Alemania son parecidos e incluso, en ocasiones, incluyen legumbres cocinadas, al igual que en Gran Bretaña.
El desayuno no es una comida opcional, sino que debe convertirse en un hábito. El prescindir de él, sea por la causa que sea, no debe convertirse en la norma, sino en la excepción. Es especialmente importante para los niños pero, si los adultos no les muestran su importancia, no adquirirán la sana costumbre de alimentarse al iniciar la jornada.