?Quién no relaciona el olor a castañas asadas con la llegada del frío? Cuando llega el otoño, las castañeras inundan nuestras calles dándoles un color y una sensación especial. Las manos agradecen el calor de las castañas calientes en los cucuruchos y los paladares su textura y sabor inconfundibles. Aunque ésta sea la forma más común de consumirlas, no es la única. Son los frutos secos protagonistas a partir de noviembre en restaurantes y, sin duda, en nuestras casas. Descubre todo lo que te ofrecen,
Características
Este fruto seco procede de América del Sur, aunque muchos expertos consideran que su origen está en lugares próximos a la cuenca mediterránea, siendo Italia la primera en cultivarlo.
Cuando crece, la castaña está cubierta por una vaina con espinas que puede contener más de un fruto. Estos, tardan unos diez meses en desarrollarse.
Durante la madurez, que suele coincidir con la época de lluvia, caen al suelo y, a partir de ese momento, ya se puede iniciar su recogida.
Propiedades nutricionales
Su valor energético alcanza las 200 calorías por cada 100 gramos, relativamente poco en comparación con otros frutos secos.
Es rica en vitaminas como la B1 (muy valiosa para el sistema nervioso) y la B6 (ayuda a mantener la función normal del cerebro) y, aunque tienen pocas proteínas, son de muy alta calidad.
Suponen una buena fuente de minerales, sobre todo, potasio, magnesio, hierro y fósforo y por ello, son ideales para mujeres lactantes y personas que padecen anemia.
Son ricas en hidratos de carbono y potasio y bajas en sodio, por lo que los hipertensos pueden tomarlas.
Variedades /Tipos
Algunas son: la marrón, la peregrina, la melespina, la amarilla de Burdeos, la azucarada española, la gruesa roja, la gruesa verde y la común.
Las castañas pilongas no son una variedad. Son las que están secas y crudas. Últimamente se recurre con mayor frecuencia a esta variedad para realizar diversas recetas, sobre todo en repostería.
Consejos de uso en la cocina
A la hora comprarlas: si la castaña tiene peso, está dura y tiene un olor y color relucientes, estarás adquiriendo una de las mejores.
Para que se conserven en buen estado, ya que es un producto muy perecedero, es mejor tenerlas en lugares fríos y mantenerlas fuera del alcance de cualquier tipo de insectos.
Las podemos comer de muchas maneras: crudas, asadas, tostadas, como acompañantes de otros alimentos, de postre...
También se utilizan para realizar soufflés, cremas, como guarnición (que suele ir acompañando a aves y, sobre todo, al pavo) y, estofadas con mantequilla, adquieren un sabor buenísimo.
La forma más habitual de comerlas es asadas o cocidas. Para asarlas, hay que hacer una raja en la piel para que no estallen. En este caso no hace falta pelarlas, una operación que sí es necesaria si las quieres cocer.
Curiosidades
Pese a todo, las castañas tienen la mala fama de ser poco digestivas. Conviene masticarlas despacio y, si se tiene el estómago delicado, es aconsejable cocerlas o asarlas antes que tomarlas crudas
Su harina, que la podemos encontrar en productos como el pan, las galletas o los pasteles, es muy recomendable para los celíacos, ya que no posee gluten.
Recetas con castañas:
Castañas en almíbar
Charlotas de castañas y café
Conejo con castañas
Lombarda con castañas
Pastel de castañas
Puré de castañas
Suflé de castañas
Puré de hortalizas y castañas
Canelones de codornices con salsa de castañas
Dulce de marrón