En mis esfuerzos (que no son esfuerzos, vamos) por introducir en casa las joyas de nuestra gastronomía ya hemos probado la tortilla de patata y de calabacín, el pisto, la escalivada, el gazpacho… Así, todo muy sano y vegetal. Hasta que un día me cansé y le dije a Kieran: “hoy vamos a hacer un plato de pasta guarra, el plato con el que todos los niños (y no tan niños) soñaban cuando iban a casa de la abuela, el plato que hará que a los italianos se les salten las lágrimas: ¡macarrones con chorizo!”. Os juro que lo dije así, seguido y en inglés, de lo cual estoy muy orgullosa. Y por supuesto, mi moción fue secundada, porque bueno, “macarrones” y “chorizo” en la misma frase. No hace falta explicar más.
Ingredientes para 4 personas
– 120 gramos de macarrones, espirales u otra pasta corta
– 200 gramos de chorizo para cocinar
– 200 ml de salsa de tomate (casera mejor *)
– 50 gramos de queso para rallar (nosotros Cantal)
Instrucciones
– freír el chorizo y retirar el aceite que ha soltado
– añadir la salsa de tomate y cocinar junto con el chorizo a fuego muy lento mientras se cuece la pasta
– cocer la pasta el tiempo indicado en el paquete
– colar la pasta y añadirla a la sartén con el tomate y el chorizo
– poner todo en una fuente de horno, espolvorear queso rallado por encima y gratinar 10 minutos
Creo que no hace falta que diga que fue un éxito y que, aunque pongo que las cantidades son para cuatro personas, casi nos la terminamos de una sentada. Yo tuve un “momento Ratatouille“, retrotrayéndome a mi más tierna infancia, y conseguí un nuevo fan de los macarrones con chorizo más allá de nuestras fronteras.
*Bonus track: Salsa de tomate casera
– una lata (de 250 ml) de concentrado de tomate
– una cebolla blanca
– un pimiento verde
– agua, sal, orégano, pimienta y una pizca de azúcar
Instrucciones
– cortar muy finos la cebolla y el pimiento y sofreírlos
– añadir la lata de tomate y remover
– en este punto veréis que la pasta de tomate es muy espesa, así que id añadiendo el agua poco a poco hasta que alcance la textura deseada (yo añadí aproximadamente el mismo volumen de agua que de tomate)
– calentar hasta que empiece a borbotear
– añadir la sal y las especias al gusto; yo en este paso añadí una pizca de azúcar para contrarrestar la acidez del tomate
– cocinar a fuego lento durante unos 15 minutos
– volver a corregir de sal y especias; para los fans del picante, añadir unas gotas de Tabasco y retirar del fuego
Esta salsa cunde muchísimo y se puede congelar sin problema (yo la divido en dos o tres tuppers), así que aprovechad cuando tengáis algún pimiento o cebolla poniéndose pochos en la nevera y animaos a hacerla.